19 de diciembre de 2010
Seguro
De todas maneras, piénsalo bien, tienes que estar seguro antes de firmar, pensarlo dos veces, saber si es seguro tu futuro en una compañía de seguros, si es seguro que aprenderás algo de lo que seguro no querías estudiar cuando más joven, si es seguro que ella te va a hacer caso esta vez o si seguro que vas a terminar como siempre olvidando en un rincón con el mismo amigo que escucha la historia por quinta vez. Ten cuidado, ¿estás seguro de querer trabajar en una compañía de seguros?
12 de diciembre de 2010
La Cadenita
El primer día yo andaba muy mareado para acercarme, ella bajó en Miraflores, y yo seguía estrenando calles esa mañana. Entro a una empresa cuyo nombre no pude distinguir bien desde la esquina, regrese a la avenida principal, tomé el vehículo de regreso a la calle donde la vi por primera vez, y aprendí la ruta que tenía que tomar al día siguiente desde mi casa. La mañana siguiente ya estaba muy despierto, a pesar de haber tenido que madrugar para encontrarla a la misma hora del día anterior; iba con la ropa más limpia que tenia, unos jeans anchos, una casaca con capucha y un par de zapatillas muy cómodas para seguirla todo el día, subimos al bus algo apretados e intente aprovechar esto para crear el primer acercamiento, llevaba la mirada tan fija en su cuello que ella volteó y me miró con miedo, quizás la combinación de mi ropa, tan diferente a la suya y mi mirada tan obsesionada la asustaron e impulsaron a zambullirse en ese mar de gente preocupados por estar llegando tarde a la oficina.
Había que cambiar la estrategia, tenía que homogeneizar mi imagen a la de ella, si ella usaba pantalón de vestir, blusa y saquito, yo me conseguiría unos zapatos, pantalón de un traje incompleto y camisa, hasta me peine con raya al costado y todo, cogí un libro de esos que me dejó mi padre para redondear la imagen de hombre decente e intelectual, desde que llegamos al paradero ella notó mi presencia, no necesite acercarme, subimos juntos al bus, nos sumergimos juntos en el mar de empleados tardones, tropezamos algunas miradas, nuestros dedos se buscaban en el pasamanos, nos pisamos también algunas veces. Yo me bajé en Surquillo, de ahí tome el carro hacia mi casa, ella no se sí habrá llegado a Miraflores, si habrá bajado detrás mío, o si fue muchas cuadras después cuando se dio cuenta que le faltaba la cadenita.
3 de diciembre de 2010
Los días
Mientras el agua termina por despertarte recuerdas que hace ocho meses que nadie más te ha visto desnudo, le buscas el lado positivo y te consuelas creyendo que es una ventaja por lo mucho que te ha crecido el abdomen. El agua aun esta fría.
Algún día aprenderás a hacerle nudo a las corbatas, mientras tanto sigues dependiendo de que el gusto de tu hermano coincida con el gusto de tu madre para escoger camisas. Algún día aprenderás a planchar.
Alistas las llaves, la billetera, el celular, las gafas, la bendición de tu madre, las facturas que le debes a tu padre, mientras el perro ciego intenta despedirse, y ruegas por que el reloj estuviese adelantado. Esa corbata no combina con esa camisa.
La mañana que aun no termina de abrirse, te deja esperando un bus no tan lleno donde puedas colarte aunque sea en las escalerillas de la puerta, y siempre te preguntas, ¿para que se molesta tu madre en lustrarte los zapatos si igual te lo van a pisotear una manada de oficinistas tardones y malhumorados, para que cuidar el saco si siempre se van a sentar encima las gordas amas de casas con sus bolsas vacías de mercado con inflación, o para que levantarse más temprano si siempre serás un tardón?.
“Es el día 532” te dices a ti mismo sin que nadie entienda porque cuentas los días que pasas en esa oficina, en ese cubículo, en esa silla giratoria, anatómica, ergonómica, autoregulable. Comienzan el engranaje del reloj, a veces tu jefa te grita por algo que hiciste hace un mes, la semana pasada, o pasado mañana, algunas otras veces te felicita y te dice que puede abrirse una vacante para ti, mejor mañana conversamos del tema, mañana, mañana, mañana.
Archivas, cuentas, sumas, suena el teléfono, la miras, niegas, rechazas, te enamoras, no contestas el teléfono, restas, respondes un e-mail, subes, desconectas tu teléfono, imprimes, la sigues mirando, revisas, reimprimes, tu jefe pregunta ¿Por qué no contestas el teléfono?, bajas, comes, te estiras, bostezas, suena el teléfono, te enamoras otra vez, inventas excusas, respondes reclamos, la miras de costado, estrenas errores, envías cartas que no dictas, que no firmas, ella descubre que la miras, coordinas algunos pendientes para mañana, acomodas la silla (giratoria, anatómica, ergonómica, autoregulable), ella te sonríe coqueta, terminas las sumas, olvidas las restas, abrevias las palabras, suena el teléfono, seis de la tarde, apagas todo, te despides escueto, suena el teléfono.
El viaje de regreso es similar al de salida, solo que más oscuro, regresas a estar tirado sobre la cama renegando por vez 532 de la oficina, cenas, ves un episodio repetido de un serie que acabo hace 8 años, al final ellos se casan. Hablas por teléfono, lees algún libro usado que compraste muy barato en una feria de la universidad, le faltan algunas hojas. Te duermes finalmente. Despiertas. Otra vez, esclavo de un sol que te engaña y le da un falso olor a nuevo a la rutina que vienes actuando hace ya un año, cinco meses y dieciocho días. Es miércoles.
1 de diciembre de 2010
Sandalias Lilas
14 de noviembre de 2010
¿Qué es la vida?
No todo es dinero dijo el magnate,
Descansar dijo el obrero,
Un trabajo dijo el vago,
Que me contraten dijo el pasante,
Que me jubilen dijo el contratado.
Libertad escogió el preso,
Paz pidió el soldado,
Crecer quería un niño,
Envejecer temía el adulto,
Sufrir predicó el cura,
Aprender enseñó el sabio.
La soledad dijo la viuda,
La verdad dijo el mentiroso,
Tu amor dijo el amante,
Volverte a ver dijo él ciego,
La mujer dijo el vouyerista
La muerte al fin. Siempre.
29 de octubre de 2010
Volteando la mirada
28 de octubre de 2010
Vicio
24 de octubre de 2010
Sus espejos
Ahora llevas una chalina por el frío, un libro te acompaña. Acabas de recordar una vieja canción que algún recuerdo propició. Sonríes, sabes que en la otra esquina el bullicio es más notorio, pero esta calle mantiene a los lejanos, algo cercanos. Buscas jugar y te confundes entre la multitud ¿Dónde estoy? Sabes bien donde estoy. Me distraía al no mirar la otra acera, no contar los pasos en cada cuadrado, no repetir el tropiezo con el mismo bache que dejaron al construir la nueva pista de la modernidad. ¿Me permites? Cuando mires al espejo y no te encuentres, no te preocupes, quizás andas extraviada entre la multitud, quizás confundiste el camino, quizás es el apuro de los días, quizás te robaron la mañana, quizás falte más motivos. La ciudad sin presentación se sigue mostrando de a pasos y miradas cansadas y te refleja el charco de la calle garuada. Su arco iris tímido muestra las tonalidades de grises que apenas puede soltar. Y cada vez que te olvidas te vuelves a encontrar entre ventanales de los bancos, charcos de garúa y ojos de lunes.
23 de octubre de 2010
El Detalle que faltaba
10 de octubre de 2010
Pretendiente
25 de septiembre de 2010
Azar
Como encontrar dinero en los bolsillos de un pantalón que olvide hace tiempo,
Como levantarme con una resaca insoportable y la chica más guapa de la fiesta a mi costado,
Como sentarse sobre un celular último modelo en el taxi de regreso a casa
Como contestar el teléfono y encontrarte al otro lado de la línea.
Encontré hielo cuando buscaba azúcar,
Como encontrar el deseado ascenso en una reunión de puntualidad,
Como sacar 20 en un sustitutorio,
Como colarse desde Tribuna hasta Platinum,
Como encenderlo un cigarro a Sabina en un bar.
Ahora, si me traen una botella de guaraná,
Unas cerezas para algún experimento de barman,
Dos o tres cajetillas de Lucky Strike,
Y sobre todo si los traes tú,
Podremos olvidar que la noche está perdida y soñolienta
Que el plan era dormirse entre sollozos y lamentaciones,
Que no te has ido, que no hubo despedida esta mañana.
19 de septiembre de 2010
El cielo es el límite
Ya es el momento, quizás por fin sea hora de actuar, ponerme mi mejor camisa y decir “señor deme un par de huevos por favor, que me hacen falta”. Quizás ya llegó el reloj a mi hora, y es el tiempo propicio para la caminata en ascenso hacia otro cielo por encima del techo bajo el que me encerré; quizás, madre mía, no sea más un manojo de promesas sin cumplir; quizás, amigos míos, les de los empleos que les prometí al terminar la secundaría, quizás, mi amor, nuestro hijo pueda nacer en una clínica de París, y llamarse en francés con apellido piurano, o quizás hasta eso se podría mejorar con algunos ceros más en la cuenta bancaria. Quién sabe, tal vez solo basta con que desempolve algunas buenas costumbres, saque un hambre nuevo e insaciable por más y más, como un inversionista en la cresta de la ola, quizás coja esos huevos que me compré y pida un mejor sueldo, o mejor un ascenso, eso es, un ascenso, yo no estoy hecho para mi presente, yo no pasé lo que pasé para pelearme por tu parachoque, yo no me amanecía econométricamente para rebajarte la factura por tu llanta de repuesto, yo no estudié cálculo dinámico para armar las cajas del archivo (primero el fondo, después la tapa), yo no estoy con mi título aun brilloso para que me digas “hijito”, “Giancito”, “niño”, “ey tú trae eso para acá”, yo no quiero que me den la peor computadora de la oficina, yo no estoy para quemar mis días resolviendo los errores de conductores suicidas, yo no quiero vivir nadando entre autitos chocadores, ya no quiero saber cómo llegó eso a tu parabrisas, yo no estoy para evaluar choques de autos, yo quiero más, yo quiero llegar más alto, el cielo es el límite, merezco soñar más alto, pasar el techo falso de mi oficina, quiero llegar más alto, ya no quiero trabajar en seguro de autos, ahora mejor voy a trabajar en seguro de aviones.
6 de septiembre de 2010
Volver
Hay algunas canciones que le recuerdan rutas a nuestros pies, como ese Volver de Gardel, y no fue apropósito lo juró, fue culpa de mi reproductor musical, y ya luego no pude evitarlo, bajarme en ese viejo paradero donde antes solía leer los encabezados sin comprar nada, pasar por la nueva fachada de mi antiguo hogar, revisar los escondites infalibles a la hora del juego, buscar algún rastro de mi rayuela en la acera. Seguir directo mi camino ritual hasta su casa, mirar de reojo la silla donde la espere, entrar a la panadería desde donde vigilaba que se abriera su puerta y saliera para dejarme acompañarla en ese camino edénico y tartamudo que duraba algunas horas para mi, algunos minutos para ella, donde quizás algún día me atrevía más y fingía tropezarme torpemente para caer a su costado, o inventaba que tenía algo en el cabello para poder desenredar un rayo de sol matutino que se le había quedado prendido en un costado. O la esquina donde quizás se me ocurrió invitarla por primera vez al cine con mis propinas de escolar, o la curva donde quedó escondido mi miedo a morir desangrado en sus pies diciéndole que solo vivía para ella, para acompañarla en las mañanas y soñar todas las noches planeando el día siguiente.
Así los vientos de otros tiempos mejores cambiaron nuestros rumbos, hasta que esa canción me trajo hasta aquí, por aquello de volver, y entre que compraba una empanada de esas que comía de joven cuando se tardaba en salir, la canción de Gardel en mis oídos seguía sonando y quizás tenía razón, y tal vez veinte años no son nada, y podría demostrarle a la vendedora que me había reconocido con lástima que no es tan malo vivir con el alma atrapa en un recuerdo, y que ya no tengo miedo del encuentro, que ya no quiero torturarme todas las noches con futuros inventados y castaños, quizás, quizás aun hay esperanzas, a menos que no sea su sobrino el bebe que lleva en brazos por esa calle que va camino a la escuela.
30 de agosto de 2010
Comunicación
Puntos Suspensivos
3 de agosto de 2010
No me gusta este recuerdo
No me gusta este recuerdo, y es lo único que tengo, es la cruz bajo mi cama y es la noche que ya llega, disfrazada de saco negro que ponen sobre mi cabeza mientras me llevan a una profundidad más oscura cada verano que pasa, y ellos siguen exigiendo saber algo que yo no sé, y ellos cada vez tienen menos paciencia, y el dolor a veces renace en las mismas heridas, y a veces crece estruendosamente en partes desconocidas, y el dolor será un recuerdo, tan solo un maldito recuerdo que no me va a gustar, mañana por la mañana mientras es de día allá afuera.
11 de julio de 2010
Perugia
Y si me largo a Perugia a escribir, si me llevo mi vieja libreta y mi lápiz mordido. Si recojo mi maleta del viaje anterior y me largo de una buena vez. A componer escritos mal dados, a inventar nuevas versiones de una historia y satisfacer mis dedos con los borrones de la creación.
Si me recibes en Perugia viejo amigo nuevo, prometo escribir a tu lado en completo silencio y dejar que esta vez tú dirijas el tour mientras voy llenando las líneas de mucha imaginación y dejaré que los cuentos se vayan mezclando o alejando según el estado de ánimos de los personajes, ya sabes, cuestión de no querer incomodar y caer siempre bien, también a los creados, a los personaje mal inventados y bien encontrados, con casualidades y búsquedas entre momentos que nos suelten los momentos que Perugia nos pueda entregar.
Si me largo a Perugia a escribir y nos mandamos el atrevimiento de mandarlos a la mierda a las vocaciones impertinentes que joden de tanta rutina. Prometo regresar con más de 100 mentiras y dos novelas con destino publicación y alguno que otro poema esquivo y una que otra dedicación, prometo vaciar la maleta de tanta ropa y llenarla de mucho papel de borrón y creación heroica.
Si regreso con la maleta del viaje anterior y la libreta llena de hojas en blanco, habrá que recordarles que Perugia anda algo lejano y entre novelas pude haberme confundido porque quizás siempre anduve en Perú.
25 de junio de 2010
Con algún quizás
Pero vamos acomodando los lentes, sacudiendo el viejo jean, alguna mochila que carga las viejas notas, papelitos de escritos perdidos, sonetos que recitan los versos, cuentitos que quedaron sin narrar. Y llevemos los motivos si remiendo ni te miento, busquemos las excusas que cuenten mejor tu historia, digamos que te encomiendo mi espíritu o mis libros o tus motivos que tienen un ojalá.
Mientras tanto escribamos las nuevas líneas, rimas y versos que nos ajusten la corbata, que acomoden los botones para el escritor, la publicación de la vieja trova y la melodía de la novela corta. Tendremos que componer la vieja bicicleta y lanzarce al viento viejo que pasa de nuevo, sostener el tramonto en la espalda y cantar a coro en el malecón.
Tendremos que remediar los remedos y ajustar los remiendo antes de que alguien nos ande sonriendo sin descubrir el por qué; de la quiebra de razones, la soltura de las pasiones que llevan queriendo querer ese quizás.
24 de junio de 2010
Princesa
A veces siento que no entiendo a papá, o que él no me entiende, ya sé, soy su única hija entre tanto desadaptado de mis hermanos, sigo siendo su princesa como cuando tenía 5, su canción de Lucho Barrios que cantan todos los padres. Pero a veces simplemente no lo entiendo, o será como dicen mis libros de psicología que en la adolescencia todos somos rebeldes, y las hormonas y el acné y el vello que crece muy abajo, y el calor y las nuevas sensaciones, y no sigo más porque ya es pecado. O será que los cambios se dan en ellos, que ellos temen perder a sus princesas, que ya no tendrán a quien cantarles boleros antiguos, que vendrá otro príncipe joven con guitarra rockanrolera a llevársela por la ventana hacia una tierra sin futuro, sin oficio ni beneficio, con el pelo largo y los modales por los suelos, pero que pudiste haberle visto a ese muchacho hijita.
A veces no lo entiendo, sé que me quiere, se preocupa por mí, me dice que cuide mi dieta, que ya no soy una niña, que debo estar siempre presentable en el escaparate del amor, y por eso peleamos, como cuando encuentra envolturas de caramelos debajo de mi colchón, o sobrecitos de “princesa” en mi mochila, y otra vez el sermón de la dieta, la figura, el escaparate, y para colmo los bombones te los regalo el rockerito ese, a quien le habrá robado el dinero. Y el día siguiente es domingo, perdón mi vida, vamos a misa, después te compro unas donas.
A veces no sé si lo entiendo, quisiera contarte tantas cosas, en mamá no confió porque finalmente te lo contará a ti, horrorizada y nerviosa como cuando habla de mi prima que se casa en 15 días y nos aviso ayer. Papá a veces quisiera hablarte de él también, quisiera que lo conozcas como yo lo conozco, y que sepas que su guitarra no es rockanrolera, es de protesta, y que habla como él solo sabe, y que es como él solo sabe, todo es tan grave, tan crucial con él, me hizo escuchar a Fito Paez, me enamoro con canciones de Sabina, no le importa lo de la dieta, no le importa que me gusten mucho los bombones, quisiera que lo conocieras papá.
A veces quisiera que me entiendas, pero mejor me quedo callada como todos los domingos después de despegarme una hostia del paladar, y subir al asiento del copiloto en tu auto, y viajar hasta la tienda de donas, ignorando las dietas y los chicos de pelo largo, escuchar la radio, viajar a tu lado como a los 5 años, y escuchar boleros de Lucho Barrios, Blues de Sinatra, tus rancheras de José Alfredo Jiménez, tangos de Gardel y ¡¿eso que estas cantando es Sabina papá?! Claro que sí princesa, si con esa canción besé por primera vez a tu madre.
5 de junio de 2010
Desfasado
19 de mayo de 2010
Rima y verso
12 de mayo de 2010
Vamos pal Sur
Aceptar la derrota.
Pero siguen cayendo las balas.
Habrá que poner el pecho.
¿Así desangremos?
Sí.
¿Así siga habiendo bajas?
Sí.
Pero esto durará hasta la llegada de la aurora
Lo sé.
¿Podremos soportarlo?
Tendremos que hacerlo.
¿Capitulamos mi general?
Hace mucho tiempo.
¿Este es nuestro Waterloo?
Lo fue
¿Era necesario llegar hasta acá?
No, pero lo hicimos y ahora debemos aceptar la consecuencias.
Mi general, acepta el consejo de un cabo en servicio?
Dígame
No es necesario que siga mirando las ruinas de esta batalla. Miremos las medidas que vayamos a tomar a partir de ahora.
Lo haremos.
Qué le parece si nos quedamos a dialogar.
No, ya está decidido. Nos vamos.
¿Hacía donde nos vamos mi General?
Nos vamos pal sur.
30 de abril de 2010
Llamada en espera
A Katherin por la complicidad en la invención
¿Alo? -¿Se encuentra Jorge? Le puede decir que le llame. Necesito hablar con él urgente. No, yo lo voy a llamar más tarde.
Eso fue lo único que me dijo mi madre. Que Elena me llamaría más tarde, pero ¿Por qué tendría apagado su celular si era urgente conversar conmigo? Qué puede hacer urgente una llamada. La última vez que hablamos la sentí media rara. Recuerdo que luego de un comentario que solté, ella me miro asustada y me dijo. Siento que te desconozco Jorge. Será que cada vez se da cuenta más de lo disímiles que somos. Será que se canso de esperar, de esperarme, acaso ese mensaje importante será: Jorge ya no puedo continuar con esto, cada vez siento que te conozco menos. ¿Habrá sido ese comentario un aviso? Una clave que no atine a descifrar en su momento. Yo he cambiado o ella fue la que cambio.
Ahora que la casa se me acorta entre pasos repetitivos que voy dando. Me pongo a recapitular y a descifrar bien esa frase. Cada vez siento que te conozco menos.
Qué puede hacer que ella me conozca menos, ¿que se haya enterado de algo? De algo que no le haya contado ¿Se habrá enterado de Miluska? Me habrá visto alguna vez paseando con ella de la mano, prometiéndole los mismos cielos que a ella. Robándome los mismos rabos de nube para sus ojos. Quizás alguna amiga me vio. Qué raro, siempre fui muy precavido apareciendo en lugares muy recónditos. Totalmente alejados de ella, de su gracia, de sus dominios, de sus ojos. Puede que me quiera pedir una explicación. Jorge necesito que me expliques sobre esa chica de cabellos ondulados con la que te han visto. ¡Por qué demonios no contesta! Y si voy a buscarla a su universidad y me quedo esperando que salga de clases para conversar con ella. La sorprendo y apenas me mire. Le digo totalmente serio. Qué es eso urgente que quieres conversar conmigo. No creo, no me atrevo, puede que sea Miluska el tema y termine gritándome delante de todos pidiendo que le de alguna explicación sobre esa chica de labios gruesos con quien me vio paseando por la alameda. Mejor espero, espero aquí tranquilo, relajado, total, el que no la debe no la teme. ¿Así dicen no?
No, no puede ser y si está embarazada ¡EMBARAZADA! Joder, que nos jodimos.
Sería ese el mensaje importante. Hace cuanto que no me dice nada sobre su periodo. No recuerdo escuchar alguna queja de eso días. Nada, total silencio. Sí, es eso, ella está embarazada y ha esperado el tiempo suficiente para contarme. Se nos jodio el Perú Elenita. Qué puedo hacer. Eso sí necesita de una llamada urgente, un S.O.S, un 911. Sí, llamen al paramédico que siento me va a dar un infarto o algún derrame. Que desgracia voy a ser padre y estoy a punto de recibirlo enfermo en una clínica, mejor dicho en algún hospital, donde me acepten. No puede ser, aún no estoy preparado. Elenita debemos conversar. Ahora sí, yo también necesito que me llames urgente. ¡Elena! ¡Eleeeeenaaaaaaaaaaaa! La vida puede cambiar en cuestión de segundos. De un te desconozco Jorge a un estoy embarazada Jorgito.
Y si hablo con ella. Le planteo todas las posibilidades para que luego escoja. Elenita, amor mío, déjame que te explique bien lo que sé. Ojalá y Elenita sepa escucharme bien y sepa entender los tiempos. Tengo que llamarla. Cuántos minutos más puedo esperar, mientras más pase el tiempo, más difícil se hace las cosas. Puede que se empiece a formar en los minutos entre que yo sigo pensando y ella esta copiando su clase de álgebra lineal. Elenita esto es como una operación algebraica. Tenemos que despejar la variable x. Sí, mejor que no tenga nombre, no me quiero encariñar, por ahora que sea un Equis.
Elena tenemos que hablar. Necesito que me digas eso urgente que quieres hablar conmigo.
¡Riiiiiiing! Debe ser Elena...acabo la espera, es cuestión de contestar, decirle. Elena, Elenita, antes de que me digas algo, yo tengo que hablar contigo. Sabes lo nuestro se ha ido yendo de a poco y creo que lo mejor es dejarlo así, para bien de los dos. No te preocupes yo ahorita prefiero no hablar más sobre esto. En otra oportunidad hablaremos mejor. Descuida yo te voy a llamar, pero necesito un tiempo de verdad. No me siento bien con todo esto, espero lo sepas entender.
¡Riiiiing! ... mejor contesto.
21 de abril de 2010
Cursi
14 de abril de 2010
Fotografía
12 de abril de 2010
Mientras pueda
No voy a ser mezquino y agradeceré a algunos pocos buenos profesores, que me enseñaron a rodar por la vida, que me cambiaron la dirección de la mirada, que me hicieron este cero a la izquierda que soy, que me enseñaron lo que se llama desigualdad, sacaron la pobreza de las estadísticas y la pusieron con toda su crudeza sobre mi carpeta, que me decían es “hora de actuar”, pero ella estaba tan bella junto a la ventana, bajo ese rayo de sol que la dibujaba con las palabras que salían de mi lapicero y encontraban refugio disfrazadas de mentiras, mientras el profesor dictaba la pregunta clave para el examen final, disculpe, ¿qué dijo?
Y sí, es que hay una serie de políticas que ayudan a aliviar la marginalidad, si aplicásemos este modelo, si confiáramos en esta teoría, todo sería tan simple, y sería el mejor economista de todos, y no estaría haciendo el trabajo de un contador, y sí, esa es la clave, la teoría esa…, ese modelo de…, este…, no te acuerdas, las pastillas milagrosas, esas pues, ahora me gustaría recordar cómo se llamaban.
3 de abril de 2010
Mi Coartada
Desde la última vez que nos vimos, han pasado muchas cosas, debo reconocer que me fui con vergüenza de tu lado y quizás por eso no te busque cuando más me hacías falta. Las peleas en la casa se hicieron insoportables, problemas en el trabajo, y bueno mi vida sentimental termino contigo. Como ya sabes mi puerta de escape más fácil lleva etiqueta negra y cubitos de hielo, con todos estos ingredientes combinados pase de ser el borracho terco y dormilón que conocías, ha ser uno más de esos borrachos oradores que siempre van a arrepentirse de lo que su lengua ha dejado escapar la noche anterior. Muchos amigos que no has conocido me despertaban al medio día siguiente interrogándome por tu nombre y con una hoja de papel llena de mis garabatos, nunca fui indiscreto ni soberbio por haberte tenido entre mis brazos, pero ebrio parece que contaba algunas historias, a veces utópicas.
Las noches siguieron como una sola, unidas por mi capacidad de dormir mucho y hacer poco, las historias se cruzaban, medias verdades, mentiras de circunstancia, en mi memoria eran tan ciertas, como el viaje que hice a los 10 años, o como el primer beso que nos dimos. Hasta que una noche desafortunada y sin luna, ese primo tuyo que nunca conocí, llego a una de mis sesiones de oratoria, grabo mi escena en su celular, te mostro mi pequeño teatro y explotaste contra mí. Lo siento mucho, sé que esto no te basta, y hace mucho que quieres hablar, si tienes algo que decirme este es tu tiempo, aquí termina mi coartada. Nunca quise hacerte daño, desde la primera vez que nos presentaron en la fiesta de tu hermana, cuando bailamos toda la noche y no podíamos dejar de mirarnos, nunca quise hacerte daño, siempre guarde el mejor recuerdo de nuestra relación, yo...
- Nunca pensé que me saldrías con esto, solo te había visto esa noche, nosotros no fuimos ni amigos.
26 de marzo de 2010
Autoayuda
Y sí, leía bastante, pero no esas basuras de autoayuda, ni secretos, ni sonríe hoy que mueres mañana, menos esas cosa de la vaca, el queso, la sopa para el alma, y el queso contraataca. Leía buenos libros algún día los deje, nunca supe que paso con ellos, ni quien se los quedo, solo cogí una maleta cuando me fui, y nunca renuncie en la oficina, nunca me presente en la universidad, sería curioso descubrir que el profesor me aprobó en el último curso, decían que era tan fácil… nunca me despedí de mi novia, ahora no sé cómo me encontraron, alguien me reconoció solo que estaba más flaco, cambiaba almuerzos por bebidas, cenas por bebidas y desayunos por bebidas, la cosas son simples, y yo logré descubrirlo, para que levantarse todas las mañanas, para que aprender nuevos manuales de sumisión, eso está bien para ustedes, pero bueno, yo pude ver más allá, cuando el mundo se me vino encima, cuando ella murió, nunca busque refugio en sus hombros, ni visite sicólogos, comencé a beber, las horas pasaban más rápido, los días eran más ligeros, la vida se hizo fácil de nuevo, pronto me olvide de todos, como empezaron a oponerse a mi “terapia” me fui de todos, no sé cómo me encontraron, ahora dicen que debo leer a este tipo de apellido oriental, que debo volver al camino, que debo pararme frente a ustedes decirles que me llamo Giancarlo Távara y soy alcohólico desde hace 10 años.
22 de marzo de 2010
Que tal
20 de marzo de 2010
Para los días en que muere el verano
Se recomienda ir escuchando “Like a rolling Stone” de Bob Dylan, o “La rueda Mágica” de Fito Páez.
19 de marzo de 2010
Escribamos por los dos
18 de marzo de 2010
Yo queria cantarte un poema
Desde mi jardín
16 de marzo de 2010
Carta a una amiga
Y por qué cuando tú andabas en una balsita de los meses vividos. Aparezco yo, pidiendo tu auxilio como un loco cansado de tanto intento fallido, dando muestra de mi falta de aprendizaje de nado, y sin controlar mi desespero termino rompiendo tu balsita de los meses vividos, tirándote, una vez más, en este mar de ahogados perdidos, de salvavidas ignorados (que aún no sabemos ver) ¿Por qué seguimos en alta mar? Quizás creyendo que llegará en algún momento la mañana con su calma de momentos superados, para así poder dejar de intentar tanto nado, tanta construcción de balsitas, por qué en esas noches amiga, en esas noches de marea alta. O llegamos a la orilla totalmente cansados o descansamos de esta lucha y morimos ahogados.
9 de marzo de 2010
Parte de un cuento II
5 de marzo de 2010
Despedida
26 de febrero de 2010
Lágrimas
A veces
Cuando el tiempo juega conmigo
A carreras de tortuga
Me duele tu adiós
Siempre
Y todo lo de ayer no cuenta
El verdadero amor se va contigo.
Me duele tu silencio
Y el mío
Las distancias que te invento
Para huir sin ti.
Me duele tu amor
Familia
Si no se suicidara nuestro futuro
Si no le ganasen las lagrimas a mi corazón.
24 de febrero de 2010
Una parte de un cuento
Nota: Este escrito pertenece a un cuento mayor que va agarrando forma con el pasar de las líneas, ya se verá como termina.
20 de febrero de 2010
Más de doscientas mentiras
Del mal amor acostumbrado
De la noche lunera lunada
De los viajes sin retorno hacia la nada
Uno cuenta siempre la misma mentira
Incluso, a veces, inventadas
Con las manos amarradas
Desde el punto hasta la coma.
Uno copia siempre la misma mentira
El sombrero y el estilo
Las malditas madrugadas
Los quitapenas que dejan resaca.
Uno vive siempre la misma mentira
Del falso suicidio y las lagrimas de verdad
Mientras las rosas solo dan espinas
Y ya suman más de doscientas mentiras.
8 de febrero de 2010
Tardanza una vez más
Bueno viejo amigo me ha llegado tu carta, me alegra saber que sigues vivo, aunque siempre tuviste una falsa tendencia al suicidio recuerdo que tu verdadera tendencia era al drama, confieso que me causa gracia este recuerdo y admiración recordarla, te escribo porque me entero de tu libro, estuvo muy bueno, aunque todavía no lo termino, porque los ojos se cansan muy rápido, si de joven gustaba mucho del sueño, ahora de viejo no es la excepción, prometo terminarla antes que acabe el año, me alegra saber que te has animado y dejaste la pataleta de ya no querer escribir por la ceguera, algo me dice que si voy todo esto termina siendo una pereza de abrir los ojos, pura legaña vieja, esos tu dramas, pero igual no te reprocho, porque como ha ido la vida creo que yo también quisiera ser ciego, sospecho que ahora miras lo que quiere tu mente y podrás vivir más en tus creaciones, creo que al final terminaras metiéndote de a pocos en tu último cuento que su final terminará siendo con el tuyo.
Viejo amigo, recuerdo el día que te fuiste y entre envidia sana te dije mal parido que dios te acompañe en el viaje, esta demás decir que soy ateo y que las bendiciones tenían otras intenciones, pero igual sabes que te estimo, aún eres mi menor y no sé porque te haces más viejo, una vez más se agradece el saludo y que me hayas devuelto el recuerdo de un amigo, yo no deje mi Perú querido, aunque muchas veces me largue de acá sabía que acá me tenía que quedar, te agradezco los buenos recibiemientos en esa ciudad hermosa, lástima que ya no pueda darme otro viaje, ya la piernas no aguantan mucho trajín, y el corazón no esta para cambio de climas, saludos a la mujer desconocida ¿será tan parecida a abril? vez que tampoco la olvido, que será de ella y cuanto de los recuerdos serán reales y cuanto invento puro de los escritos
Sospecho que te sorprenderá recibir esta carta el 30 de enero, de viejo quise corregirme y ser por primera vez puntual, mis nietos, me dijeron que aproveche la tecnología y me pusieron en la agenda electrónica un aviso que me recuerde que debía escribir, un plan contra el olvido, que con los años se hace más jodido. Ya sabes, que aunque siempre llegué tarde a todas tus actividades, inclusive tu primer matrimonio y el bautizo de mi ahijado, tú viejo amigo creo que aprendiste a entenderlas, y a no molestarte con eso. Así que en agradecimiento quise hacer un excepción a pesar que tengo los años en contra. Espero viejo amigo que tengas más dicha en este año y en estos días empiezo a escribir el prólogo que te prometí, te mando un libro del Gabo de regalo y unas canciones del gran Sabina, me ha costado encontrarlas ya no venden esta música, pero Joaquín hizo de todo para encontrarlas, sospecho que te gustará, ya las manos no responden bien así que me tendré que ir despidiéndome, un abrazo en lejanía desde Lima se despide quizás por hoy quizás para siempre tu viejo amigo Alejandro.
Nota: Señor le enviamos esta carta que encontramos en la carpeta de mi padre en realidad son tres partes escritas en diferentes tiempos, pero la última parte fue del 30 de enero, ese día le dio un pequeño infarto y estuvo en el hospital que lo llevo varios días ahora ya esta descansando murió un febrero insoportable, pero como siempre quiso; en cama y durmiendo. Me apena la tardanza del envío sospecho que al final él también lo quiso así, digo para no perder la costumbre. Se despide sabiendo que usted fue un gran amigo de mi padre.
Joaquín Sicchar.
6 de febrero de 2010
Discurso de Arena
Queridos amigos graduados, en esta su noche vengo a molestarlos con palabras graves que otros ya proclamaron, con citas respetables que nunca recuerdo citar, con uno de mis más recurrentes temas para el insomnio. Queridos amigos, desde mi posición de observador hoy los despido con nostalgia, y espero que el camino no les cambie tanto esa mirada que ahora esconden cuando me dan la espalda y se abren paso hacia la calle, con ganas de devorarse un mundo que nunca llegaron a entender.
Amigos míos, hoy los veo adelantarse, sacar ventajas, les encargo mucho este país, se que también es de ustedes, pero a veces uno se olvida de esas cosas, les encargo que lo miren muy de cerca, si es posible desde abajo, desde el lado más temible de la estadística, desde ese perfil horrendo que queremos tapar. Les encargo mucho la esperanza de mis padres, la de los suyos también, la esperanza de una nueva generación de economistas deseosa de remontar el marcador, con la fuerza que le falta a los viejos sabios, con miles de teorías en la cabeza, con borradores de proyectos en los bolsillos, con ganas de ordenar de una vez por todas el sistema. Queridos amigos, les encargo el futuro de mis hijos, el de los nuestros, cuiden del rompecabezas que les heredaremos, no se los demos muy desordenado, pongamos las pautas, avancemos lo que se pueda, que no nos reclamen nuestro egoísmo, que no se tengan que matar unos a otros por lo mismo.
No se olviden de la jaula dorada que ahora se abre de par en par para que vuelen libres en busca de tiempos mejores, no se olviden de los años de naufragio en San Marcos, no se olviden de la sociedad que nios encierra, destinados están a ser huéspedes de las torres de marfil que me rodean, abran una ventana 2 veces por semana, échenle una mirada a los primeros pisos, a los sótanos, en ustedes esta la solución a algún problema. No se burlen de la imaginación, abusen de ideas ingenuas, ríanse con la nada, aprendan con los niños, quizás algo se nos ha escapado en esta carrera de ser humano.
Hay, hermanos, muchísimo que hacer, y algo peor que una persona indiferente, es un economista indiferente, ustedes son los llamados para curar las dolencias de la Patria, ustedes son los iniciados en esa magia oculta que mueve los hilos detrás del escenario, terminen la maqueta de una mejor nación, no busquen llenarnos de dinero, regálennos calidad de vida.
Queridos amigos graduados, esta noche no es la mía* y me temó no podré acompañarlos, solo verlos con nostalgia, esperar que se tracen un buen camino, quién sabe, quizás más tarde nos encontramos.
*Para mayor sentimentalismo continuar la lectura en "Despedidas", de lo contrario, obviar esta nota cursi.
22 de enero de 2010
Mañana
Ganas de embriagarme con el folklore de Latinoamérica, con el Tango, con Rancheras y con el vals del puente a la alameda. Ganas de mirar tu reflejo en los cristales, de dibujarte con palabras gastadas que se van enredando en tu cabello, y escribirle de perfil a tu nariz mientras respiras mis miradas y las devuelves asesina. Hay ganas de recuerdos, de tus manos, de sus labios, de tu pelo, de su adiós, de fumarme hasta la última estrella, ganas de ser la primera noche sin mañana que espera.
Hay ganas de evitarse luchas necesarias, de huirle a la oficina, a las ciencias, a las flechas hacia arriba, ganas de quietud, de ritmos lentos y cansados, de destinos sin viajes. Hay ganas de ignorar noticias de la calle, de pasar desapercibido en un pestañeo del sistema, de dejar hacer a la gravedad su trabajo, ganas de no tener futuro, ganas de ser la primera noche sin mañana que espera.
10 de enero de 2010
Se acabó
Y llovía mucho corazón, y tampoco había tantas ganas de vivir, más bien de ausentarse, de llegar tarde por última vez, de inventar la excusa final; total, la carta ya estaba redactada, solo faltaba mi firma, un mero procedimiento, solo faltaba que te regodees en mi cadáver y yo inseguro de que mueca debía mostrar. Y fue un viernes que no esperabas empiece así, un viernes con diluvio universal, más gris de lo acostumbrado, con olor a naftalina, con la piel acartonada, ojeroso, cansado, un viernes fatalista, fácilmente un viernes 13.
Y vuelven las mentiras mentirosas de madrugada, los libros de arena infinita, las vueltas al espacio desde un bar, mi etiqueta negra de regalo, mi melancolía a lo Sabina, cruzar las autopistas con los ojos cerrados, caminar por la acera disfrazado de avestruz, mirar al cielo para pedir explicaciones con favores, pararse frente al abismo con ganas de dejarse ir y paf se acabó.
Por las noches en mi almohada ya no sé si me has dejado al borde de la banca rota, o si me adelantaste el regalo de cumpleaños, solo sé que las cosas acaban, que a veces el azar es más fuerte que la voluntad, que la vida te empuja cuando no quieres saltar, que por su boca no muere siempre el pez, que el agua pasa sin retorno por el río, que no volveré a ser caja 3, que ese dinero nunca fue mío.