11 de julio de 2010

Perugia

Y si me largo a Perugia a escribir, si me llevo mi vieja libreta y mi lápiz mordido. Si recojo mi maleta del viaje anterior y me largo de una buena vez. A componer escritos mal dados, a inventar nuevas versiones de una historia y satisfacer mis dedos con los borrones de la creación.

Si me recibes en Perugia viejo amigo nuevo, prometo escribir a tu lado en completo silencio y dejar que esta vez tú dirijas el tour mientras voy llenando las líneas de mucha imaginación y dejaré que los cuentos se vayan mezclando o alejando según el estado de ánimos de los personajes, ya sabes, cuestión de no querer incomodar y caer siempre bien, también a los creados, a los personaje mal inventados y bien encontrados, con casualidades y búsquedas entre momentos que nos suelten los momentos que Perugia nos pueda entregar.

Si me largo a Perugia a escribir y nos mandamos el atrevimiento de mandarlos a la mierda a las vocaciones impertinentes que joden de tanta rutina. Prometo regresar con más de 100 mentiras y dos novelas con destino publicación y alguno que otro poema esquivo y una que otra dedicación, prometo vaciar la maleta de tanta ropa y llenarla de mucho papel de borrón y creación heroica.

Si regreso con la maleta del viaje anterior y la libreta llena de hojas en blanco, habrá que recordarles que Perugia anda algo lejano y entre novelas pude haberme confundido porque quizás siempre anduve en Perú.

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