16 de marzo de 2010

Carta a una amiga

Amiga por qué cuando yo quiero autoengañarme, sentirme más superado, creyendo que ya encontré el manejo de estas olas marinas que revientas sin parar, tú apareces colgándote de mi pierna izquierda, generando un peso peso de ahogado y me sumerges junto a ti para tratar de ver juntos en esa negrura que provoca la profundidad del mar. Y por más que queramos e intentemos divisar algún camino, ya sabes... es difícil no dar manotazos de ahogado.

Y por qué cuando tú andabas en una balsita de los meses vividos. Aparezco yo, pidiendo tu auxilio como un loco cansado de tanto intento fallido, dando muestra de mi falta de aprendizaje de nado, y  sin  controlar mi desespero termino rompiendo tu balsita de los meses vividos, tirándote, una vez más, en este mar de ahogados perdidos, de salvavidas ignorados (que aún no sabemos ver) ¿Por qué seguimos en alta mar? Quizás creyendo que llegará en algún momento la mañana con su calma de momentos superados, para así poder dejar de intentar tanto nado, tanta construcción de balsitas, por qué en esas noches amiga, en esas noches de marea alta. O llegamos a la orilla totalmente cansados o descansamos de esta lucha y morimos ahogados.

1 comentario:

Lulú dijo...

Y seguimos tratando de escapar, pero seguimos sin ver absolutamente nada.