24 de febrero de 2010

Una parte de un cuento

Tú estas sentada, miras el reloj y sientes el golpe que va marcando con el pasar del tiempo. Sabes que no puedes fingir y que no quieres evitar lo que sucede atrás, tienes noción de los aconteceres, es más, participaste en el repaso, fuiste firme cuando los miraste a los ojos repitiendo estar segura de todo y les exigiste actuar con cierto cuidado y con la misma firmeza la miraste a tu madre y le diste aquel beso de judas que más luego te iba a sentenciar. Ahora miras el reloj que va avanzando y atrás continúan avanzando los desconocidos, tú tienes un crucifijo donde pides, no el perdón, sino que guíen el alma que va yendo, porque sabes que no es cuestión de falta de amor, si no de entender mejor las cosas. Ahora suena el televisor que usaste como distracción, aumentaste el volumen para no tener que escuchar ese suplicio, aunque sabías que más era un sacrificio preferiste evitar la suspicacia de la conciencia. De seguro que esto luego será tu condena, pero tú prefieres mirar ese vaso de manera más positiva, y ponerte en el mejor de los casos, donde nadie se dará cuenta que hubo algo que gesto esa noche, mientras atrás se oye un grito que exige tu presencia. Ahora el celular suena, alguien llama, dice que todo acabo y un silencio te reclama mientras tú, totalmente calmada vas visualizando tu futuro sin lo matices de lo negativo, no sientes que amas menos, todo lo contrario esto un sacrificio que hace ella para ti, es así como demuestra cuanto es que te esta amando, tú meditas, miras al cielo, le agradeces la corona te que queda como herencia y ahora en plena noche de los aconteceres, mientras otros se dan besos de buenas noches, tú le lloras junto a tus cercanos y eres partícipe del acto fúnebre hasta el momento que vayas a la cama y la expresión de tu rostro vaya cambiando, ¿qué es lo que se ve en plena oscuridad de tu alcoba? ¿no es acaso una sonrisa? niña traviesa, das la gracias en tu rezo por tanta dicha permitida y entre los últimos pedidos para el cielo pides que cuide esa alma que le envías.

Nota: Este escrito pertenece a un cuento mayor que va agarrando forma con el pasar de las líneas, ya se verá como termina.

1 comentario:

Verónica dijo...

Quiero saber que sigue apurate!!!!!!!!!! Alejandro jajajaja ;)