31 de julio de 2011

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Y vuelves a escribir los piropos, y vuelves a soltar las líneas, guiñando el ojo a todas la que te sonríen en el camino, pero terminas obligado a la cama, los malos caminos te derrotan en el hospital, muchas enfermeras pasean por tu habitación y una viene a cambiarte las sábanas mientras un dolor insoportable te recuerda los pecados olvidados. En este hospital no hay computadora, hace mucho que ni lees el correo, sospechas que debes tener la bandeja llena preguntado por tu ausencia o quizás por tu ingratitud. La televisión cuenta noticias que te perdiste en un viaje que no habías planeado, pero que formo parte de un final. ¡Mañana es lunes!! posiblemente vuelvas a faltar, tienes como excusa esta enfermedad...ja! En otra cama un amigo se aburre de vivir de esa manera. Sabes que llamará, seguro querrá compartir su desdicha y brindar por el quizás. La vida se hace más interesante y prefieres seguir llevándola así, no reniegas de los invitados, ni de la mujer que te promete querer. Sabes que andan queriéndote en otros lados y que es mejor tener el cuarto arreglado por si deciden subir. Ahora andas leyendo un nuevo libro, algo bueno para el camino, hay cuentos antiguos que prometiste mejorar. Hay ganas de hacer muchas cosas una prueba de ello es volver a escribir en el blog, otra la de retomar lecturas nuevas para ampliar la creación, una musa que inspira nuevas líneas y el propio hecho de empezar agosto con un escrito nuevo para el blog cuyo nombre me aburre repetir...

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… y ya no puedes escribir ni un solo piropo, ni siquiera un guiño de ojo para la tonta que se muere por ti, porque no te conoce. Y te encuentras sumergido en la cama, con el brillo de la computadora a la derecha, el chat abierto y nadie llama, una cucaracha se pasea por las sabanas, y no hay fuerzas para espantarla. El ruido de la televisión se pierde entre la ropa sucia y los restos de comida amontonadas por ahí. ¿Es lunes mañana? Que importa, odias el trabajo y odias los días libres, no hay ganas de nada, ni de salir, ni de espantar cucarachas, en otra cama un amigo está muriendo, no hay ganas de llamarlo. La vida se va por un caño, parece frase de un ebrio descontrolado, pero la vida se va por un caño, ya no te encuentras en el espejo y la soledad anula la esperanza de que alguien abra tu puerta, encienda la luz, ordene un poco el cuarto y te obligue a ponerte de pie y salir de la mierda en la que estas nadando, no hay ganas. No hay ganas de refugiarse, solo dejarse llevar por la sombra, por el brillo muerto de la pc, ni ganas de desempolvar el libro preferido entre todos, no hay ganas de escribir en serio, solo … para no dejar huérfano al mes de Julio en Más de Cien Mentiras.