23 de noviembre de 2017

Yanina

Me gustan sus ojos, grandes y expresivos los cuales cada vez que miran hacia arriba dan la sensación que anda pidiendo permiso al amor. Me gusta su nariz en donde juegan pequeñas pecas tenues. Aquellas que cual cielo limeño, solo las puedes apreciar si las miras con atención. Me gustan sus pies, pequeños y juguetones, que siempre me buscan debajo de las sábanas y danzan con los míos durante las noches. Me gustan las curvas que se generan al terminar su espalda. Redondas y firmes se muestran sus nalgas tan seguras, tan sensual. Me gustan sus manos que suelen buscarme al andar y buscarme en la oscuridad. Sus manos que se saben de memoria mi cuerpo y saben también hacer tregua entre los dos. Me gustan sus senos que suelen hacerse presente con cierta timidez. Ella es hermosa y suele andar con el cabello amarrado, con la sonrisa a todos y la mirada hacia el futuro. Suele mirarme con atención cuando cuento historias que recuerdo o le comento como anda el mundo de raro. Sabe que perfecto no soy, que a veces suelo tener ganas de tirar la toalla y sin embargo me embarga con su amor y me riñe con la mirada.
-Vamos hombre, que el día no ha acabado, que falta mucho para fin de mes. Ni que hablar de fin de año. Así que vamos que lo importante en este camino es primero, que sigas andando a mi lado, que no te amilanes ante la lucha, que busques ser siempre un hombre mejor y que no te olvides que mientras vivamos siempre intentemos hacer lo que sabemos hacer mejor. ¿Sonreír? –Ser Feliz mi amor.

7 de noviembre de 2017

Tiempos Difíciles


Prepárate, se vienen tiempos difíciles, y no es que los esté invocando con mi eterna vocación por complicar las cosas, es que ya no doy más y en la siguiente esquina me bajo, ¿querrás andar a pie conmigo lo que queda del camino? Esto siempre fue una mentira, que no es lo mismo que haberte estado mintiendo, es que yo nunca puse resistencia cuando me iban subiendo a este ómnibus donde te conocí, mamá insistió tanto y la calle se iba quedando vacía, me hubieran tildado de loco si no seguía a los demás. ¿Te imaginaste que sería el primero en rendirse?, probablemente no. Es cierto que el paisaje es maravilloso y logré acomodarme en un espacio cerca a la venta con una vista espectacular de nuestros mejores años que van quedando atrás, no me quejo de las comodidades a bordo, tampoco de todos los pasajeros, acepto que cada vez soporto a menos, pero es más culpa mía que suya. Mientras que a ti siempre te voy a amar, tanto que entiendo si en la siguiente esquina no te quieres bajar. Perdóname por no advertírtelo cuando te sentaste a mi lado, ni yo sabía que me iba a cansar tan pronto, que esta no era mi manera favorita de viajar, que tenía otras opciones. No llores, el ómnibus es grande y siempre hay alguien esperando por asientos libres y junto a la ventana, lo inevitable es que ya no puedo respirar de este aire viciado, ni escuchar las voces de los demás en mis oídos, ni dejarme llevar por las curvas que decida el conductor. Esperaba que alguien me salvara hace 3 paradas, pero siempre tuve mala suerte y nadie va a regalarme soluciones fáciles, es hora de liberarme por primera vez, romper el vidrio y saltar al camino, el conductor no va a detenerse, te invito a saltar conmigo, entiendo si tienes miedo, sé que va a necesitar de mucho esfuerzo, pero prefiero ser yo mismo el que trace la ruta.

4 de noviembre de 2017

Entrepreneur

Este es el peor momento de la noche, cuando la charla ha terminado y la emoción de la noche ha pasado. No tiene que ver con nada que haya dicho, todo es siempre muy claro y efectivo, el guión ha sido revisado por mucha gente y hemos practicado tantas veces las mejores técnicas para parecer espontáneos, que es casi imposible que algo salga mal. Además, el público viene a escuchar cosas que los reconforten, nadie está detrás de algún error mío o de la organización. Todos son felices sabiendo que tomaron la mejor decisión de su vida y el alto precio de la entrada fue su mejor inversión. Todos quieren ser millonarios mañana, todos son entrepreneurs.

Este es el peor momento de la noche, cuando estoy camino al hotel de alguna ciudad tercermundista y pienso en los asistentes de las primeras filas, casi siempre son los que menos dinero tienen, se ve en sus ropas, en sus celulares y joyas falsas, pero pagaron más por estar más cerca del escenario, por captar la mayor parte del mensaje y aprender a vivir sin que nadie les diga que hacer (excepto mis libros), sin jefes a los que seguir ciegamente (excepto a mi), con plena libertad de hacer lo que quieran (excepto faltar a mis conferencias). Algunos casos de éxito suelen emocionarlos: este de aquí empezó peor que tú y ahora viaja en avión privado todos los domingos a Dubái, aquella dejó su exitosa carrera de derecho y se convirtió en la mujer más poderosa de esta parte del planeta, este joven aprendió más sobre gestión en una excursión al Everest que en un MBA. Y todos son amigos míos, mira cuantas selfies nos hemos sacado juntos.


Este es el peor momento de la noche, y por supuesto que nunca lo voy a mencionar, es cuando recuerdo a la gente que estuvo en primera fila, como tú. Que me hizo caso y se arriesgó, como tú, pero que no salen en las fotos, como ellos. Es la parte más difícil del trabajo, y es la parte en la que menos quisiera pensar, ¿a cuánta gente le digo noche a noche que deje sus trabajos e invierta todos sus ahorros en sueños que parecen pesadillas?, ¿a cuántos asistentes he llevado de la mano hacia el borde del abismo y los he envalentonado a saltar?. Es cierto que puedo llevarme uno o dos casos de éxito más de esta noche, pero ¿qué hago con el resto? ¿a cuanta gente he llevado a la quiebra? Este es el peor momento de la noche, pero debo seguir mi camino, este fue mi sueño y lo estoy cumpliendo yo empecé como ustedes amigos, yo también soy un entrepreneur. 

23 de octubre de 2017

Información perdida


Aquí estoy, tengo 19 años, mujer, nacida en Sullana, soltera y prisionera. Aquí estoy, y otra vez no me vas a escuchar. Al principio lo intentaba, cuando sentía tu llamado inesperado a la puerta, cuando sabía que eran tus pasos en la entrada, trataba de que me escucharas, luchaba contra la soga que atrapa mis gritos, rogaba porque el movimiento de mi silla fuera lo suficientemente escandaloso para llamar tu atención. Guardé esa esperanza durante los primeros años. Le ha faltado decirte que la casa tiene también un sótano, otro televisor y un niño que murió al nacer. No terminé la secundaría, ¿esto se considera trabajo u ocupación? Llegue aquí hace 5 años, debía apoyar con las tareas de la casa, pero ahora no hago nada de eso, solo espero a que él se acuerde de mí, me alimente y utilice cuando se le antoja, todavía es fuerte y mis brazos siempre pierden cuando van a enfrentarlo. Me criaron como católica, pero hace años que solo conozco el infierno, ¿cómo le puedo rezar a un dios que me ha abandonado? Soy de raza mestiza, aunque mi piel hace mucho que no recibe al sol, no sé si mis padres siguen vivos, ni se si ellos saben algo de mí. ¿Él te ha parecido muy amable verdad?, solo no bebas nada que vaya a ofrecerte, termina rápido con el cuestionario, vete lo antes posible, así no hayas terminado todas las preguntas. ¿Escuchaste?, pide ayuda, lucha lo más fuerte que puedas, esta quizás sea tu última oportunidad, él no se va a tranquilizar, él no entiende razones, corre, huye, regresa por mí. No, no quiero tu compañía, no vas a tomar mi lugar.

9 de enero de 2017

Cinco minutos


¿Cuánto tiempo de una noche es realmente importante?, ¿Cuántos días de un mes valieron la pena despertarse?, ¿Cuántos años podemos decir que estuvimos realmente vivos? La fiesta fue tan larga anoche, mientras llegaban los invitados y brindábamos por mis 30 años parecía que solo nos habíamos juntado para tomarnos fotos y hacerlas públicas, excepto tú.  Y aunque no se me da muy bien lo de disimular, y nunca sabré si tu sonrisa al descubrirme mirándote es cómplice o nerviosa, podría recrear cada segundo que pasé a tu lado. El licor nunca juega a mi favor, y estoy seguro de que alguien debe haberme descubierto perdido en el arco de tus pies o en la manito que reposas sobre tus piernas mientras bebías pequeños sorbos de exquisitez.

La noche empezó lenta, rituales de rutina y conversaciones genéricas, hasta que tu llegada aceleró el reloj y yo sentía que competía por tu atención, que la quería en exclusiva, y aunque no quería incomodarte, quería también que me mires como yo te miraba, abstraída en el centro de una noche perpetua, desde el arco de tus pies y la manito sobre las piernas.

Es difícil desaparecer cuando todos te buscan y te están observando. Me dijeron tantas cosas que olvide al instante, el tiempo se malgasta en las manos de quienes no piensan lo que dicen. Pero tú no, cada palabra contó, cinco minutos y quince segundos que me regalaste en exclusiva, desde el primer momento sabía que sería cotidiano y asombroso, que podría escucharte hablar de cualquier tema, que todo lo que había dicho era un ensayo para ese momento, que con suerte podrías escucharme, que quizás el amor te podría encontrar incluso después de haberte casado.