28 de julio de 2008
De vuelta a casa
Adonde fuiste, yo deje las llaves y dije que me iba a comprar unos tiempos mejores, y tu me dijiste; claro, tu descuida, que yo te espero un rato más. Solo fue una excusa para salir de ese lugar, del cuartucho a donde te lleve, a donde me lleve, cuando coji mis maletas, unos libros y unos cuantos ignorados escritos, de esos que algún día te dedicaré y me largue de casa tirando la puerta, tirando el pasado, maldiciendo el presente e ignorando totalmente el futuro. No había mucho tiempo para pensar, era hora de actuar, como lo había hablado muchas veces en los encuentros entre amigos, iba a llegar el momento en que ya no iba aguantar mi rutina y mandaría todo a la mierda, era tan simple, sonaba tan simple, y era mi excusa para sufrir un poco, para escribir un poco, para vivir un tanto, ahora claro nada es como un escritor lo planea, y se siente mejor cuando lo escribes que cuando lo vives, todo cuesta, la habitación, la comida, las mujeres y los amigos, toda salida tenía un valor que ya pasaba lo simbólico y todo eso me mandaba a trabajar y a dejar de escribir, recuerdo que te dije que me esperes un rato y nunca más te volví a ver, claro tu si me querías y yo no te quería, no de esta manera, tu cuidándome, dedicándote a mi y yo mal viviendo a tu lado, por eso me largue y te deje como último recuerdo la cuenta de aquel lugar, claro a ver si así terminabas por odiarme tanto como yo lo hacia, ahora buscando mi final me encontré con la puerta de mi casa, la llave de mi habitación, la computadora donde escribo y te escribiré poemas y unos padres permisibles que me sonríen cuando paso de volada a dar los últimos exámenes de la carrera, prometo llamarte solo déjame encontrar tú número.
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