22 de noviembre de 2008

Carta

Cómo están, como van los saludos de costado, las caminatas a ningún lado, las sonrisas a los cercanos y las risas a los ajenos, cómo van con los sueños, cómo superan las pesadillas, en dónde dejan a las menciones y que tan buen acompañante es el viento, yo por aquí sonrío con las manos en los bolsillos y la torpeza de acompañante, de vez en cuando tiemblo, pero como culpable pongo al frío y cuando sudan mis manos a la incertidumbre de respuesta, aún así, doy pasos en la calle mientras pateo piedras en el camino y de vez en cuando, cuando imagino, cierro lo ojos para estar más tranquilo, a veces corro, cuando las cosas no merecen ser vistas así las paso rápido y no me entretengo queriendo describirlas, no soy poeta pero me encanta cuando escribo, cuando le pongo el sentido a lo expresado en mis momentos en los que siento que me inspiro. Es por eso amigos que les dedico unas cuantas líneas, para que vean que no me olvido, de los recuerdos que son motivos de miradas a lo distante y de sonrisas a los reflejos y aún así me despido para salir de esta armonía y dejarlos en compañía de los recuerdos de un amigo.

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