27 de noviembre de 2008

Quizás

Maldita la noche en que el tiempo te dio un espacio para pensar que todo lo que decías, quizás, digamos quizás estaban equivocadas. Maldita la noche en que la almohada que aprisionabas te iba quitando la sonrisa que me regalabas, porque quizás, puede que quizás, no andabas en lo correcto. Maldita la noche en que estabas en cama dando vueltas por todos lados intentando encontrar el sueño, ya que las cosas no te convencían, porque quizás, no sé si quizás, no debieron haber sido dichas. Maldita la noche en que te despedías con la certeza de que me mirabas con otros ojos, porque quizás, tú dirás si quizás, nunca habías dejado de hacerlo, Por ello maldita la noche en que...digamos que quizás no estuve para evitarlo, aunque bendita la noche en que te tiré el penúltimo piropo y quizás, que mierda quizás tú decidiste jugartela a la suerte.

25 de noviembre de 2008

Por lo menos, es distinto

No es igual un insomnio antes que después de ti, no es igual un tal vez a un ya no. No es igual andar por ahí con algo breve que recordar, cuando en tu mirada habían otras intenciones, cuando lo inalcanzable no lo fue tanto. Es distinta la adicción al olvido cuando hay pruebas de un pasado, no tan remoto, pero igual de ruin; es disímil cuando en el exceso de un sábado se brinda enfurecido por la que se fue, porque, por lo menos, alguna vez estuvo. Es más dulce sentir que te he fallado, que compartimos cinco minutos, que aun me queda la miel en los labios. Que no fracasé en el pasado, que ahora lo he vuelto a hacer, que las puertas del paraíso se abrieron, que el tiempo no fue demasiado. Tiene un sabor distinto, agridulce, extraño, de melancolía resignada, de adioses avisados, de irme poco a poco acostumbrando, de que mucho me has heredado, de que, por lo menos, espero haberte dejado algo. Varía en ciertos aspectos, en nimiedades, en reflejos de autodefensa, en que ahora hay fotos que recortar, cartas para leer, caricias que olvidar. Es, quizás, más difícil ahora rellenar lo espacios sin ti, mudar de corazón, no empezar de cero. Por lo menos, es distinto, es más sensato pasar ya de todo, ahora que el día que me quieras fue ayer.

23 de noviembre de 2008

Expiación de Abriles

La verdad, yo siempre fui un caballero, tanto en la víspera como en los dos finales, no necesitamos pretexto para empezar el amor, pero sí para terminarlo. Ahora que tú vas tan preocupada, creo que eso es independiente de cada uno, la verdad yo lo veo desde mi humilde perspectiva, con un optimismo inusitado y muchas ganas de que no hayan daños a largo plazo, además lo nuestro siempre fue la nostalgia, no creo que vaya a cambiar en algo.

Sí, te extraño. Sí, me dueles, para que negarlo, eso es hidalguía, y permíteme también romper nuestro voto de silencio, irme a ahogar mis penas con un amigo, dame ese lujo, total ya me lo tomé. Además tú también confiaste en una amiga, que seguro querrá hablar conmigo; al final, es tu amiga, que le puedo decir, la verdad no por supuesto.

También que cuando un tipejo como yo basa su relación y su enamoramiento más en el verbo que en la acción, es muy fácil encontrarte entre mis hojas, es frecuente prenderle un cigarrillo a tu recuerdo, correr por tus rincones, caerse en tus negativas. Cuando uno fue tan torpe de recitarte todo el repertorio de su día a día, no hay nota que se le escape, ni rima que no conspire contra la autoestima de un malamor acostumbrado.

Punto final por que se me acaba el espacio, mas no la melaconlía, se me acaba el vaso pero aun queda mucho en la botella, me llevo mis recuerdos entre sorbos de café, entre los planes que nunca hicimos. Quiero volver a enamorarme en medias horas, saltearme por un año el mes de Abril, aprender a vivir sintigo, engañarme con que hay un día en que no vengas hacia mí.

22 de noviembre de 2008

Carta

Cómo están, como van los saludos de costado, las caminatas a ningún lado, las sonrisas a los cercanos y las risas a los ajenos, cómo van con los sueños, cómo superan las pesadillas, en dónde dejan a las menciones y que tan buen acompañante es el viento, yo por aquí sonrío con las manos en los bolsillos y la torpeza de acompañante, de vez en cuando tiemblo, pero como culpable pongo al frío y cuando sudan mis manos a la incertidumbre de respuesta, aún así, doy pasos en la calle mientras pateo piedras en el camino y de vez en cuando, cuando imagino, cierro lo ojos para estar más tranquilo, a veces corro, cuando las cosas no merecen ser vistas así las paso rápido y no me entretengo queriendo describirlas, no soy poeta pero me encanta cuando escribo, cuando le pongo el sentido a lo expresado en mis momentos en los que siento que me inspiro. Es por eso amigos que les dedico unas cuantas líneas, para que vean que no me olvido, de los recuerdos que son motivos de miradas a lo distante y de sonrisas a los reflejos y aún así me despido para salir de esta armonía y dejarlos en compañía de los recuerdos de un amigo.

21 de noviembre de 2008

Maldita Noche

A ella, por la obviedad

Maldita la noche cuando me duelen tus besos, cuando se escapan las interpretaciones y el sentido de los porqués, maldita la madrugada llena de alcohol, humo y condena, malditos los recuerdos que suelen colarse entre las luces de la vía. Maldita esa compañera de trabajo que se ríe como tú, y maldita las ganas de no dejarte ir. Maldito ese sueño de un imposible muy parecido al amor, malditas las confusiones y la desespera, maldita, otra vez, la noche en que pensaste de más, en que perdía créditos por las estrellas que te sobraban, malditas las caricias que se cansan sin tu espalda, malditos los rincones de primeros pasos y trotes poco cansados. Maldita esa mentira fantástica del te quiero, maldita la cartelera que solo hablaba de ti, maldito yo que siempre fui un caballero y no intente salvarme un poco el pellejo, maldita la distancia y la mucha espera, maldito el olvido que necesita maquillarse, el romance que se muestra como es, las excusas de un tal vez, de un perdón, de mejor ya no. Maldita ciudad gris, pandémica de melancolía, triste en esencia y con daños a terceros, maldito malecón, malditas las olas. Maldita, maldita la noche que es la única fiel, maldita porque una mujer puede abandonarte pero nunca la noche.

18 de noviembre de 2008

Confusión y des-espera

Cualquier parecido con la realidad
quiere decir que fallé en el intento

Digo yo, que si me hubiese esperado, la dramaturgia habría tenido fin, y el ensayo hubiese sido acción. Digo que si no hubieras salido tan rápido, yo hubiese llegado menos tarde, que si llegaba más temprano tú te hubieras ido más despacio, que debiste dejarme una seña, un recado para Sherlock Holmes, un rastro de olor, de cabello, o al menos tus labios.

Yo pienso que de estar tan confundida tal vez a mí se me saltaron algunas cartas de la baraja, de esas que tanto y tanto me decían como usar, que a las finales, en tu confusión también, viniste un día a pedir explicaciones y yo tembloroso no deje de hablar.

Sospecho que así debió ser, y eso que no me gusta recurrir a salidas tan fáciles como la anterior, pero así debió ser, perdí una hora más en la esquina roja, gane otro almuerzo nostálgico en Larcomar, una noche de insomnio y clonazepan, cien mentiras de esas que llaman versos, pétalos de sal, orillas de chimenea.

Yo no sé que pasará, nunca sé. Si tú estás confundida imagina yo, si nos junta Dios o el metiche destino dará igual, y si no se da... buenas noches y hasta luego.

15 de noviembre de 2008

Una Extraviada Sensación

Será la luz de mi ventana, o el desorden de mi cama, lo que me empuja a escribir, será la melodía de una canción vieja o el temblor de las manos, lo que motiva una líneas para este blog, será que el sol jode tanto que ni ganas de salir hay, aunque un sábado en casa no es bueno para salud, creo en todo caso que la gripe es el verdadero motivo por el que me encuentro aquí, con una líneas compartidas, sin ningún destinatario en especial, no va para un amor no correspondido, ni para los correspondidos, menos para los grandes autores, va para donde lleve la casualidad de esta lectura, para quien se pierda junto a una melodía, para vosotros que no tienen mucho que entender, porque no hay mucho que explicar, más que la condena privativa de una epidemia, de esas que vienen con el cambio de los climas y se pierden con el encierro entre pastillas, no es más que una excusa del silencio prolongado, para recordar que aún se escribe, aunque no haya mucha virtud en estas líneas, mas que el empuje de una sensación extraviada, de un juego de nostalgias, la virtud que se escapa y un sueño que amenaza con bochorno interno por tiempos nuevos, será quizás una extraviada sensación.

Magdalena

Tenía la excusa para verte, llevabas el vestido corto, la vergüenza olvidada y la sonrisa casi escasa, eras la mujer de mis sueños, mejor dicho de mis insomnios, con los que me perdía. Yo te vi un poco distante, andabas mirando de costado, conversando con el de al lado, te juro que traje lo que pedías y como siempre te prometo la alcoba, la almohada, no me pidas el cielo, la luna, tu sabes siempre quise ser terrenal, más de lo que querías, quizás más de lo que aceptabas, pero me encantaba buscarte en el espacio donde seas libre y grites, donde no se te exigía compostura ni me pidas mucha ternura, tú sabes algo de eso que le llamas, como es...claro que lo digo, lo malo es que no lo escuchas igual y no quiero romper el encanto, digo la magia, el esfuerzo o la buena intención como a veces dices tú, en todo caso ya estoy aquí y tu ya estas allá ignorandome inicialmente, como para vengarte y tu sabes yo lo acepto, no pienso reclamarte algo que no quiero me exigas luego, cuestión de comodidad, de realidad, es para convencerme y convencerte de que vamos por el camino que me ofreciste la primera vez que te desnude, en todo caso, si me distraigo ya habrá algún extraño como el que esta a tu costado que me devuelva a la primera cita donde yo te diga, estee...claro que lo digo, pero tu ya lo sabes.

Por las nubes

Vas a ver que ahora si van cambiar las cosas, te lo juro, no, mejor dicho te lo aseguro, ya contacte con tres de los altos, de esos que ni te miran, pero fíjate que a mí si, y es más, hoy le cambie diez lucas, no tenía sencillo dice, el muy pavo cree que no me doy cuenta, ya le habrán hablado de mi, bueno, si eso usa como excusa para contactarse yo también me hago el loco, pero que se apure que tengo otras cosas, hace unos días fui a una entrevista y los deje impresionados, me han dicho que me van a llamar, pero según los vi, ya estoy con un pie adentro, esperate nomas es cuestión de tiempo, que no me crees, bueno, peor para ti, que cuando este arriba no te conoceré, aunque sabiendo que estas de mi lado puede que si, tienes que ver quienes son tus aliados, ojo con eso, yo los tengo bien claro, todo esta planeado, en mi mente claro, ahora descansare un poco porque tanto futuro empacha, así que de ahí seguimos...

14 de noviembre de 2008

Derechos de Autor

No jodas pues, esa historia es mía… ven para acá oye, ¿qué tanto cuentas tú mis cosas?, ¿a quién le pediste permiso?… mírame, dime cuanta plata hiciste con lo que me pasó, que bonito no, que bonito, uno acá cagándose la vida en un bar, matándose como idiota contando la misma historia al que esté en la banca más cercana, y tú que la grabas la vendes y haces fama como si fuese tuya… no jodas pues, encima te incomodas, y sales con que ahora ya no tomas tanto, déjate de huevadas hombre, brinda conmigo, se que no lo haces de malo, sí, también se que varios te lo han dicho, vamos no hay problema, pero creo que algo de derechos de autor merezco ¿no?… Carajo, no seas gilipollas, plata no es lo que quiero, solo que me da rabia saber que eso debía haberlo escrito yo, no por la fama que te trajo, no seas ingenuo hombre que eso no te sienta bien, pero es que siento estar tan obvio en esas rimas, lo mío sí duro lo que duran 2 peces de hielo en un güisqui on the Rocks, a mi fue que me dejaron un neceser con agravio, la miel en los labios y escarcha en el pelo… carajo Joaquín no creo que ha todos les pase igual, escúchame, y no salgas con que ahora te acuestas temprano; unas rondas más y nos vamos… Escúchame, estás cantando mi vida hombre, te digo, en serio esta vez fue igual yo quería quererla querer y ella no, también he vuelto a la maldición del cajón sin su ropa, a la perdición de los bares de copas, y a las putas esas de saldo y esquina, acaso no es obvio… hombre Joaquín porque tenías que adelantarte, dime, no me podías dejar ese lujo, esa es mi vida, esa es mi decepción carajo, tu no la sufriste, ¿por qué la cantas? A mi me están tomando 19 días y 500 noches olvidarla, yo debería ser el verdadero autor, me cago en eso de que la escribiste hace como 10 años.

11 de noviembre de 2008

Acta

No recuerdo bien, si fue en Buenos Aires o si fue en Madrid. Nos juntamos 3 hidalgos ante un disco muy antiguo, rodeados de frases que se caían por ser tan ciertas, narrando penas que se entreveraban, que se estorbaban, que se hacían una en las faldas del malamor. Nos prestámos la palabra para fundar El Club del Paréntesis (también llamado, La Sociedad de las Comillas), cuya bebida oficial se hizo el tan refinado Ron, nuestro lema “es una estupidez” y la misión: sudar los pasos de las que se fueron.

La sesión inicio cuando el principal interesado no aguantaba tanto nudo en la garganta, expectoro 2 meses de insomnio, 19 días y algo más que 500 noches. Buscaba expresarse, talvez cantar soluciones obvias para terminar de convencerse, oírlas desde el otro lado de la mesa, que carajo si en algún momento te tienes que olvidar.

El siguiente en pasar al ruedo, odiaba España. Tenía el corazón al otro lado del charco. Inventaba tretas, artimañas para que ella volviese, decía querer más con la distancia, esperar en la noche que allá sea de día, que por los Madriles Naty vaya pensado en él.

Por mi lado, fui el encargado de cerrar el acta, experto en depresiones, alias Anafranilito, buen día Lexotanil y perdón por la tristeza. Daba recetas médicas a mis compañeros, que las 500 noches curan todo, que no hay mejor remedio que el tiempo, aunque se demore un poco, que así se vive aunque no se deba, que asi se quiere aunque a veces no lo sepan. Ahora la hora nos mata, la noche es más callada y a mi me cuestan los intentos de sobrevivir. Parabienes compañeros, la reincidencia en estas andadas le daran mas belleza, ahí nos vemos por el camino, si el olvido es selectivo y nos tiene misericordia.

6 de noviembre de 2008

Pequeñeces

Es un instante la vida, las curvas del camino, un tramo de la vía. Es el tiempo que acomodas tu cabello, que jugueteas con los pies. Es una pizca del marrón de tus ojos, un cortometraje cuando te muerdes los labios.

Es la existencia justificada en escenas, el breve espacio de Lima que se asoma por la ventanilla, el contacto torpe con mis manos, el hacer malabares, es la intermitente perdida de equilibrio. Es el suspiro de un sentimiento, es una risa exagerada, la sortija de oro y la esquina roja.

Es un epílogo de cuentos, un colofón de teatro, es el vaivén de luces de casino, es un anuncio publicitario. Son dos o tres segundo de Dante con Beatriz, es la imagen del bautizo, la mañana de abril. Es el viaje a tu lado, una noche, una hora, es la fracción de tiempo en que lo inalcanzable se deja alcanzar.

1 de noviembre de 2008

A la próxima me nivelo

Andaba caminado entre nubes permitidas (como cada vez que ando solo) y eso no va por vanidoso, sino por distraido. Andaba, como lo dije, perdido en otro mundo. Ideas que me sacaba del nuestro, como para respirar un poco. Quizás andaba contando, en un cuadrado, cuantos pasos se me pierden y así no reconocer conocidos que cruzan por ahí. Andaba con la mirada hacía un cuento que se pierde en el mismo día que lo imagino y sin querer ya había subido al carro y tenía una ventana rota por donde se me escapaba el calor. La luz de Lima traspasaba mis lentes permitiendo un necesaria ceguera, parecía que un sonido eindecifrable salía de la radio, de esas canciones que el destino blasfema, pero por el mismo juego del destino, salio humo de esa radio provocando la alarma entre los pasajeros. Muchos compañeros de asientos se escaparon sin boleto en mano. Yo me quede por cuestión de pereza, de cuento, y de que no quería ir en busca de un calor huidizo, junto a esas casualidad una llamada avisaba en el celular. Un amigo de letras que gritaba y no se le entendía, estaba al otro lado -Qué, que quieres, ¿alo? oe cuelga tu teléfono hue... no entendía la llamada, pero luego se fue haciendo más claro la melodía que salía del auricular. Era una canción de fito, una que alguna vez me inspiro en el intento, digo el intento de escribir una novela. Me estaba convidando aquella melodía. De nuevo gracias, ya sabes, a la próxima me nivelo.