13 de junio de 2008

Escritores que no escriben

Que nadie se ofenda, por esta ficción
No es nada personal, pura invención.
Ya quisiera yo en lugar de esta entrada
haber escrito el “Aleph” o “El corazón delator”,
“Tantas veces Pedro”, “Los dados eternos”,
“Residencia en la tierra” o “La última tentación”.
“La palabra del mudo”, “El Libro de Arena”,
“El Quijote”, “La Iliada” o “Cien años de Soledad”.
Que culpa tengo si a lo más que llego
es a “Con dos días de más”.

Al muchacho, tímido y soñador, que lanzaba injurias, besos y rimas desde la cara opuesta de un monitor, que tenia un blog en la Web, unos poemas, algunos cuentos, 3 novelas y medio ensayo. Le pregunté qué se sentía, como lo hacia, qué tal la vida del escritor. Me miró sonriente y me respondió “pero, que sé yo. Si yo no soy escritor”. Intuí, con mucho acierto, que no era la primera vez que así respondía, que esa pregunta y esa respuesta eran pan de cada día, que el no declararse escritor era como su hoja de vida.

En estos tiempos ya nadie lo es, los blogs abundan, la rima es fácil, el verbo vive partido y cada mañana la pluma se vuelve a manchar. En esta era de escritores que no escriben, de románticos don Juanes, de Julietas desveladas, doctoradas en desengaños, de pantallas gigantes y banda ancha de red. La letra es simple, y se ofende en su idioma a Cervantes, a Shakespeare en el escenario y a Chaplin en el ecran. Cualquier vecino de vecina, le escriba a la de arriba sobre el misterio de la poesía, y le hereda el 20 de Neruda, porque el también cree que puede escribir los versos más tristes esa noche.

La literatura en los tiempos de la informática, es como hacer música con la cacerola, un cortometraje con el celular, y convertir en lienzo la pasta verde de un cuaderno loro. Es como recibir la eucaristía por mensaje personal, buscar en el fondo de la copa inspiración, llegar de noche a tu habitación, con la boca llena de tantas citas, de tantas obras, de tantos otros que sí fueron escritores, que sí resaltaron en su generación. Es hablar por hablar, citar por citar, creer que es ley lo que dice un viejo senil, sólo porque alguna vez vendió mucho. Es vivir embriagado por los argumentos de alguien más, repetirlos y mezclarlos con vivencias personales para así creerse un poco original (o quizás menos copia), naufragar entre paginas heredadas, concurrir a círculos que hablan de todo sin concluir en nada, leer magazines, criticar la tv, sentarse orgulloso en algún café miraflorino, con ganas de escribir un libro importantísimo. Es creer que nadie te entiende y que no hay mujer ideal para ti (o que todas lo pueden ser), es querer fama aunque no la admitas, contar extravagante lo que quizás no te pasó, lo que nunca te pasará. Es quizás el último grito de una moda hueca, de una maquinaria comercial, de una serie de monótonos movimientos donde te crees particular. Es escribir sin llamarse escritor, inventando sustantivos, ensayando definiciones: escribidor, escribiente, escribano, escritense, todas lo mismo y todos creyéndose particular. Pero, que sé yo. Si yo no soy escritor.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

... y yo menos.

Tal vez por definicon todos los bloggers somos escritores, pues el formato obliga. Ahora, que como en todo el mundo literario (supongo yo), la falsa modestia es una vieja amiga que nos acompaña. Pero, que se yo! si yo tampoco soy escritor.

Anónimo dijo...

sorry, LOS acompaña.

(la emoción me jugó una mala pasada; obligó a ubicarme en la literaruta, pero de eso estoy muy lejos).

Anónimo dijo...

talvez no todos son escritores pero creo que de alguna manera u otra en algun momento de nuestra vida hemos de escribir algo para la mujer u hombre de nuestra vida, un poema o un acrostico para el dia de la madre o que se yo una simple notita pidiendo disculpas en algun momento y por mas corto que sea este te conviertes en una imitacion de escritor.

Anónimo dijo...

En el fondo todos queremos escribir algo pero eso no quiere decir que seamos escritores pero podemos ser escribidores jajaja!!!

Martin

pamela dijo...

yo tampoco , lo zoy!