17 de agosto de 2008

Maldita vida de perro

Recuerdo que una vez me pregunte, entre todos los animales por qué tenía que ser perro, es que no me gusta la nota de andar tras los pies de un humano, rogándole calor, amor y comida, eso de que la cola se me mueva cuando lo veo, como que medio gay ¿ no? y para colmo hasta lloro cuando se van, no fatal. Tampoco sé, por qué me quieren enseñar cosas que hacen los humanos, osea, total, soy un perro o un humano; por qué debo de andar dando la pata, me explico...yo no saludo así, peor, tengo que hacer el muertito, porque no se mueren ustedes a ver y así dejan de joder.


No hay como mi compañero de juegos, que se echa en lo mas alto del sillon como si abajo hubiera una multitud de súbditos admirándolo, llora solo cuando quiere comer y si no hay, se mete a la cocina, salta a la olla y termina comiéndose algo, o si no come animalitos voladores o roedores que también entran al menú. A mi por ejemplo me tiene que bañar, dicen que ando cochino, me llevan a la veterinaria o termino en un balde junto a una manguera, pero a mi compañero nada, el se baña solo, y si lo bañan, cuidado que te araña, se molesta, se enferma, porque no esta acostumbrado, a él no le enseñan que se porte como humano, aceptan que él no va a aprender así que lo dejan tranquilo y se conforman con lo que el les da, un ronroneo en donde te acaricia, un espectáculo donde él juega con una bolita, y si él quiere les da amor y calor; en cambio a mi si no aprendo me dicen bruto, y si juego con algo que no sean mis juguete dicen que lo voy a romper, osea para que están los zapatos si no son para morderlos, a mi me regañan o me pegan y yo como mongo me quedo escuchándolo con la cabeza baja, en cambio mi compañero, se va cuando escucha el primer grito y vuelve cuando le da le regalada gana, se va por los techo a no sé donde, viene con heridas de aventuras felinas, me cuenta de sus amores que deja por las casas vecinas, y yo en cambio ya me cansé de tirarme a la pierna de todos, sigo puro y no encuentro perrita caliente que me quiera ciegamente, porque a los muy desalmados se les ocurrió que puedo vivir así, no quieren más perros dicen, a ver si ellos se vuelven numerarios y se olvidan del sexo. Otra de las cosas es que no puedo hacer mis necesidades en cualquier lado, claro si fuera libre sería normal, porque cualquier lugar sería permitido, pero como me tiene en un departamento o una casita, todo suelo esta prohibido y a periodicaso limpio me tiene hasta que aprenda que ese rincón es para mis cositas, así como ellos tiene un rincón que se llama baño, claro que los muy malditos no me ponen ninguna cortinita para tener más privacidad, mi compadre no, el no sé como, pero aprende tan rápido a hacerlo en la tierrita como yo, a esconder cosas bajo la tierra, pero claro lo que el esconde está bien, pero lo que yo escondo esta mal, me regañan porque metí ahí la media del señor, o la sandalia de la señorita, o el control remoto, dejenme ser pues. Ahora, si yo aprendo y doy la pata y me hago el muertito y blablabla soy un perro como todos, pero si mi felino amigo aprende por casualidad a dar la pata a sentarse o cualquiera de esas cosas, es un animal extraordinario y un espectáculo sin igual, a pesar de que a mí me metieron a una escuela a aprender hacer esas cosas, lo mío es parte de lo normal, y claro luego dicen que el perro es el inteligente, cuando el gato hace lo que quiere, cuando quiere y como quiere y todos le aplauden con emoción y si no le da igual, él es feliz, yo en cambio hago lo que quieren, como quieren y cuando quieren para que me aplaudan con emoción, si claro, se nota que somos los inteligentes ¡¡¡guau guau!!.

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