20 de febrero de 2009

Tu eres...

Y tu eres la noche que se escapa de mi cama, el espacio que inunda la mañana, eres el vació que se esconde en mi respiro, la pesadez que aun no suelto de la espalda, el silencio ante sucesos tan cercanos, eres la nostalgia de tiempos viejos, el dolor de lo inevitable, él cansancio de los ojos, los tambores del sístole y el diástole, tú eres la condena que aflige el alma, el castigo que nunca se acepta, el recuerdo del agnosticismo, mi culpa, tu culpa, eres la piedra que se cobija en el estómago, el dolor de los músculos dormidos, tu eres la queja que ronda por todos los lares, la maldita agonía, tu eres la desgracia en los altares y serás la ruleta de la tragedia en los hogares, ahora con el tiempo a mis espaldas, y el recuerdo a mi costado, te devuelvo el saludo, sé que mirabas de reojo y yo te daba la espalda y te ignoraba lo más permitido.

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