22 de marzo de 2008

Aguas de Marzo

Turbulentas aguas de marzo, con los 25 de mi hermano, con las camisetas rojas y moradas, con las muchas risas que se caen de la pantalla. Agua repasada, a diferencia de los ríos, que me mantienen ligado a la primavera, que no me permiten partir, que despiden muchos amigos, que les prometen una mención. Marzo que espera con ansias a Abril, a la Abril robada, a la Abril con pecas, al segundo acto y al cuento que los seguirá. Aguas para la revolución, para la revolución matutina, del jueves que fue del martes que vendrá, de revolución entre flores, entre gatos, entre borrones y entre un cuento sin terminar. Mes en sus sábados, en sus horas, en sus turnos, en los juegos, en las risas, en el cine, en los dos. Marzo de otra voz, voz de seda que amenaza a la de lija, a la de mi compadre en borrachera, mientras el confiesa a mi costado lo tanto que la quería, el otro con su piano, desde el escenario lejano, solo grita “te vi”. Y si pues, este enemigo íntimo me gano en marzo, con su euforia, giros, y demás. Desde su piano, otra vez lejano, viviendo con ellas, cantando solo lo que antes era en dúo (que se va hacer pues Fito “llueve sobre mojado”). Entre todo esto, con aguas de marzo me vuelvo a acostar, esperando despertar igual de turbulento, igual de exagerado y, si se puede, un poco menos desordenado.

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