2 de agosto de 2012

No tardes

Tú sabes que eres guapísima, para que recordártelo, te lo dicen en todas partes y si no lo gritan lo lees en sus miradas, lo ves en el espejo cada mañana, en la ducha cuando enjabonas tus medidas, eres hermosa. Y así no he de conquistarte, es en vano buscar una rima sorprendente con el color de tus ojos, o hacer una metáfora entre tus labios y el paraíso, seria redundante, si ya sabes que cada paso tuyo es vigilado por una docena de admiradores que esperamos algún descuido tuyo para que muestres tu mejor perfil o alguna mueca que recordar antes de dormir (y después también).


Dirás que por timidez o por cobardía no voy a repetir el cotidiano ritual de resaltar tu belleza con palabras graves, que por tacañería no te sorprendo con flores a domicilio u ositos de peluche atiborrados de corazones rojos. Yo prefiero abstenerme de los regalos para evitar después que la duda me mate, si me quieres a mi o al peluche de elefante que compre en un remate.

Me reprocharas que si no tengo el valor para conquistarte no merezco tu elección, yo creo que, a pesar de todo, tienes motivos para amarme, que quizás ya los descubriste, o que aun no sabes que te esperan, yo no puedo negar tu belleza, ni dejar de tenerte en mis sueños, y te ofrezco la inmensa incertidumbre de elegir al pretendiente que nunca tuvo una frase bonita para ti, el que no gastó ni un centavo, el que te ofrece amor eterno mientras dure, el que espera que tires tus cartas hacia mí, solo no tardes tanto que no sabes cuánto llevo esperando.

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