El mundo de los sueños es de lo más misterioso e intrigante. Nunca sabes que es lo que vas a soñar en la noche y muchas veces olvidas lo que soñaste a los pocos segundos de despertar, solo te queda una sensación extraña, residuo de toda la actividad onírica que realizaste. Una rabia sin explicación, cansancio de la nada y puede que hasta una sonrisa fija y sin sentido.
En el sueño todo es lógico, solo detectamos las inconsistencias después, cuando despiertos recordamos lo que nos pasó y percibimos lo extraño, las casas con mil ventanas, los jardines infinitos donde florecían libros, y las charlas con personajes ficticios o muertos.
Por ejemplo, yo me he despertado optimista, lleno de energía y con buen semblante, lo curioso de mi sueño fue que en el mismo yo tenía recuerdos de nosotros, cosas que nunca pasaron en realidad, pero que dormido eran tan reales como mis ojos o tus pies. Recuerdos de primeros besos, de guiños y diálogos donde demostrábamos nuestras intenciones que nunca se llegaban a concretar. Esa noche yo soñé que estábamos cansados de tantas risas, que nos molestaba la compañía de los demás y que era natural tu camino hacia mi cama (que no era la misma en la que ahora despierto). Mi cuarto parecía sacado de ese libro que relata la noche que fue una y mil a la vez, los rayos plateados de la luna entraban por una ventana inmensa y el viento hacia bailar a las cortinas de tul donde jugabas a esconder y mostrarme tu sonrisa. En pocos minutos terminamos rendidos en la cama por tanto jugar, tú decías algo y yo reconocí esa mirada en tus ojos, no era la primer vez que habíamos estado así, nuestra historia me dio valentía, y te besé, probablemente habré besado mi almohada, pero te besé, y tus labios delgados respondieron a los míos y repetimos el evento muchas veces, no dijimos más, me abrazaste, la noche era propicia pero no fue aprovechada.
Sé que el sueño continuó, pero no recuerdo que te dije, o como te despediste, pasaron muchas cosas después, pero ya se han escapado de mi memoria, los sueños son caprichosos. Ahora dudo si esos recuerdos solo fueron soñados o pasaron en realidad, si quizás ahora estoy soñando un mundo sin ti, sin pasado y sin esperanza, la pesadilla de tu ausencia. Sólo puedo esperar a despertarme para descubrir las inconsistencias de esta supuesta vigilia, las diferencias entre este y el otro cuarto, lo imposible de ese reflejo, lo abstracto de esa caja que encierra personas al pie de mi cama, el por qué de esta mujer desconocida a mí lado.
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