1 de noviembre de 2009
Un motivo
Era una tarde difícil, difícil para empezar, necesitaba una buena excusa, ya saben, de esas que de un empujón te sacan de la cama, pero para ello se tenían que juntar varias condiciones, no era una mañana soleada, se necesita de ello, el sol da energía y hoy era nublado y hasta daba la impresión de una lluvia cercana, ¿el abrigo? no tenía ropa limpia, muchos trapos que ni había lavado en casa, si salgo tiene que ser oliendo a limpio y eso también implicaba un baño que aún no me he dado ¿qué más? una mujer que me este esperando dentro de un par de horas, es bueno saber que al final de la jornada te vas a ver con ella, se necesita de una buena melodía, de esas canciones que hacen mover los músculos dormidos, necesito cercanía a las cosas, que me llamen del trabajo, que se compliquen los horarios, una buena mochila, una mini not para escribir en el momento oportuno, que la agenda tenga obligaciones nuevas, no estar bajo en la hemoglobina, mis lentes para ver un poco más, un poco menos, el despido de mi gato en su penúltimo bostezo, los leucocitos altos para una buena defensa, no escuchar los gritos a los costados, llevar los argumentos para el engaño, mi sonrisa complice, que se lleven estos nuevos baños, y la fuerza para mandarlos a los de blanco, dejar de mirar fotografías, radiografías, tomografías, un buen trago para empezar, que sea vino, una silla...que lleve aros, una respuesta positiva, que no hayan contado mis días, que suelten estas telas, un mejor respiro, un mejor motivo.
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