6 de noviembre de 2009

Día libre

Se trata de salirse un poco del camino, de volverse loco o de recuperar la cordura, de caminar en zapatillas y manga corta, de fumar en horas de oficina, de subir corriendo por las escaleras que bajan. Se trata de saludar a la ausencia del horario, de brindar por la falta de amigos, de cruzar los semáforos en rojo, de desayunar a las 11, de almorzar a las 6, de escuchar a todo volumen tú nueva canción, de ponerme un jean que no me acordaba que tenía. Se trata de faltar al trabajo y asumir las consecuencias, de ser sincero por primera vez, comprobar que el sol existe y descubrir que hay vida más allá de mi ventanilla, que las chicas salen para que mis ojos la dibujen en un verso fugaz que no tengo donde escribir. Se trata de mirar el techo y volver a los remolinos de la mente, las preguntas sin respuestas, las puertas al abismo, se trata de sentir los latidos en todo el cuerpo, mirar el horizonte con esa mueca rara que se va formando en mi rostro y la gente reconoce como sonrisa. Se trata de que nada importe más que el viento que me lleva, que el lunes hay examen y no estudiado, que el jueves se presenta mi tesis y no sé si iré, se trata de huir del tiempo, de ya no estar cansado, de dejar de ser ese sonámbulo gris, que en su saco a rayas va hacia la oficina, para volver mañana y pasado también. Se trata de ser escoria en el sistema, no producir, de ver las telenovelas de las tarde, dormir una siesta, caminar sin destino, descubrir nuevas rutas hacia tu cuerpo. Se trata de pensar en ti, pensar en ella, cuidar de mi perro y su ceguera, sacar de la orfandad a mi biblioteca, volver a las mentiritas mentirosas, mientras la luna nos descubre y las luces se van apagando, porque se va acabando el día libre que me regalé, o quién sabe quizás mañana…

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