29 de noviembre de 2009

Despedidas

Despedir, despedirnos, despedirlos, no lo sé
pero la conjugación de ese verbo no me convence.
(Los derechos de estilo sobre esta frase
pertenecen a "Relajo" de Alejandro Sicchar,
gracias por el prestamo, una vez más)

Este discurso no es mío, pudo serlo, pero no lo es. Esta noche de su celebración fue inmolada en los altares de mi tiempo, paso a ser un recuerdo que no le contare a mis nietos, o la foto desvelada en mi pagina web. Cinco años, muchos rostros, que se van por la puerta grande con diplomas y algunas lagrimas, que se abren a las calles de la ciudad con su hambre de triunfo, con sus sueños de subir las escaleras, y sus planes perfectos para invadir las oficinas más altas de los rascacielos. Cinco años con nostalgia del fracaso y las peleas, de los sustos y los disgustos, de los amores perdidos y de los que se juran eternos, cinco años con memoria de tiempos mejores, más fáciles, más libres, sin corbatas, sin taco 7, sin un sol en el bolsillo, sin los grilletes del día a día. Sin tu rutina de hombre realizado y profesional, con el cabello rebelde, con los ojos en la otra acera, con los cigarrillos eternos, con las charlas sin tema, las verbenas de todos los fines de mes. Cinco años escurridizos, de metamorfosis, de cambios, cinco años descubriendo Américas, cinco años proclamando tu independencia, cinco años pisando lunas por primera vez. Cinco años de tus pasos perdidos, de tu piel, de tus ojos, de tus labios, de tus besos que nunca me besaron, de tus manos cayéndose de mis manos. Cinco años de los amigos que viajan a mi costado, cinco años que no pienso olvidar en el humo gris de mis mañanas, con su foto amarillenta en la biblioteca apolillada, con sus escapadas semestrales para vernos nuevamente a la cara y recordar en nuestras arrugas que no todo tiempo pasado fue peor.

Cinco años por ustedes, por Yanny, entre todas las mujeres, la flor de la canela de mi vida, por su dulce compañía, siempre, siempre… mucho siempre. Por Jano, el único y verdadero gigante que conocí, por ser tan Gulliver entre los enanos de la facultad, por ser el fuego que ilumina en las noches de la imaginación, por ser tan gato techero desde su cama, por ser quien brinda con la copa rota, por hacerme la vida menos idiota . Por Cris, sus días y sus flores. Por David y su búsqueda de otras rutas hacia el cielo. Por Fio sus ojos felinos soñolientos, su abandono de la infancia, sus oídos fáciles a mi voz. Por Dayi, su locura, sus preguntas sin respuestas, su vicio por sacarme de quicio. Por Zoila y su cariño maternal, más admirable eres de lo que crees. Por Cindy mi hermana de mala sangre. Por Sara, bendita seas. Por Vero peleándose con todos, menos conmigo. Por Tati, la química y Fito Paez. Por los amigos que destaparon las botellas, por los que ofendí sin intención (ruego porque alguna vez me absuelvan), por las hermandades quebradas, por los amores soñados cada media hora, por los colegas del principio, por los del final, por Gaby, por Eli, por Víctor, por los que abriga la retina, por los que pierde la memoria, por mis cinco años de primavera, por este mal sabor a despedida, por la esperanza de que el camino no nos pierda tanto y que no se venguen tantos olvidados.

21 de noviembre de 2009

Desafiante e indiferente

Y ahora la tarde deja la notoriedad del saludo, el encuentro casual del discurso, ahora viene una ligera mención del tiempo, de tus pecado en bajo y los míos en alto, ahí estas con una vestimenta sugerente y apenas existente y te muestras desafiante e indiferente, pero igual reclamas los días, los olvidos, sueltas una cruzada de piernas mientras se me va cayendo el vaso del brindis que pensaba declamar, miras al extraño y le regalas una sonrisa, mientras voy recogiendo mis lentes que botaste en la primera mirada fatal, ya sabes como desarmar los argumentos, quieres ser indiferente, pero vienes a encargarte de destrozarme, serán las contradicciones que tu belleza se permite, igual debo recordar que nunca te prometí eternidad, ni mucho menos hablamos de lealtad, apenas si dijimos que tal, tú dominaste los días que quisiste, y yo apenas si pude opinar si era bueno hacer el amor con vino o algo de hielo para amenizar, todo fue un descontrol lo admito, pero sospeche que tenias la idea de que esto se iba terminar, un día simplemente nos íbamos dejar de visitar, no sospechaba que me esperabas en tu casa, y que ahora querías que yo te fuera a buscar, aunque los escritos que te regale no habían sido para ti, en ese momento si lo eran, eso no lo podrás negar, se acomodaron a tu silueta, supieron navegar por tu figura para deleite tuyo, siempre fuiste coqueta, deliciosa y maliciosa, te encantaba desbaratar mis motivos y protagonizar en mis escritos aunque nunca agradecieras y te mostraras indiferente y aunque ahora vienes desafiante, queriendo demostrar tu protagonismo de esta noche, mujer sabes que siempre anduve desarmado y tu desafiante e indif...jajaja sabes que eso no.

18 de noviembre de 2009

Cuestion de olvidos

Yo te busque una vez en la calle de los parques juntos, de los árboles ancianos, y te busque aquella vez junto a los jardines de las casas bonitas, entre los adornos que nos contaban que existía algún paraíso donde podíamos sonreír más tiempo, sí, yo te busque mientras abría mi puerta, junto a la sala, los cuartos, mi cuarto, debajo de la cama, junto a las sabanas, en el librero, junto al respiro, en el sueño extraviado; te busque en la azotea mientras el viento golpeaba de frío, te busque en las canciones que te dedicaba, la letras que te inventaba, era cuestión de volver a recordar, de recapitular, regresar los pasos hacia atrás, llegar al punto en que dijiste que ya no podías más, juro que no recuerdo donde te fuiste, te sigo buscando mujer, entre mis cajones, en la hojas de mis viejos cuadernos, en aquellos dibujos que regale...Y ahora mujer ¿a dónde fue tu recuerdo? jure y perjure que no te ibas a borrar de la mente, que el dolor del presente eterno se iba hacer junto a ti, pero y se marcho la noche y me levante con el ligero recuerdo de tu mirada, de tus palabras y te busco como añoranza al sufrimiento y me pierdo en el paisaje de una mañana distinta, junto una fémina distinta, junto a un libro extraño de autoría desconocida que me aleja de los viejos vientos, mientras me repetía que te busque mujer por varios lados y ahora no me queda más que la sonrisa del olvido y que sospecho compartes en la lejanía.

6 de noviembre de 2009

Día libre

Se trata de salirse un poco del camino, de volverse loco o de recuperar la cordura, de caminar en zapatillas y manga corta, de fumar en horas de oficina, de subir corriendo por las escaleras que bajan. Se trata de saludar a la ausencia del horario, de brindar por la falta de amigos, de cruzar los semáforos en rojo, de desayunar a las 11, de almorzar a las 6, de escuchar a todo volumen tú nueva canción, de ponerme un jean que no me acordaba que tenía. Se trata de faltar al trabajo y asumir las consecuencias, de ser sincero por primera vez, comprobar que el sol existe y descubrir que hay vida más allá de mi ventanilla, que las chicas salen para que mis ojos la dibujen en un verso fugaz que no tengo donde escribir. Se trata de mirar el techo y volver a los remolinos de la mente, las preguntas sin respuestas, las puertas al abismo, se trata de sentir los latidos en todo el cuerpo, mirar el horizonte con esa mueca rara que se va formando en mi rostro y la gente reconoce como sonrisa. Se trata de que nada importe más que el viento que me lleva, que el lunes hay examen y no estudiado, que el jueves se presenta mi tesis y no sé si iré, se trata de huir del tiempo, de ya no estar cansado, de dejar de ser ese sonámbulo gris, que en su saco a rayas va hacia la oficina, para volver mañana y pasado también. Se trata de ser escoria en el sistema, no producir, de ver las telenovelas de las tarde, dormir una siesta, caminar sin destino, descubrir nuevas rutas hacia tu cuerpo. Se trata de pensar en ti, pensar en ella, cuidar de mi perro y su ceguera, sacar de la orfandad a mi biblioteca, volver a las mentiritas mentirosas, mientras la luna nos descubre y las luces se van apagando, porque se va acabando el día libre que me regalé, o quién sabe quizás mañana…

1 de noviembre de 2009

Un motivo

Era una tarde difícil, difícil para empezar, necesitaba una buena excusa, ya saben, de esas que de un empujón te sacan de la cama, pero para ello se tenían que juntar varias condiciones, no era una mañana soleada, se necesita de ello, el sol da energía y hoy era nublado y hasta daba la impresión de una lluvia cercana, ¿el abrigo? no tenía ropa limpia, muchos trapos que ni había lavado en casa, si salgo tiene que ser oliendo a limpio y eso también implicaba un baño que aún no me he dado ¿qué más? una mujer que me este esperando dentro de un par de horas, es bueno saber que al final de la jornada te vas a ver con ella, se necesita de una buena melodía, de esas canciones que hacen mover los músculos dormidos, necesito cercanía a las cosas, que me llamen del trabajo, que se compliquen los horarios, una buena mochila, una mini not para escribir en el momento oportuno, que la agenda tenga obligaciones nuevas, no estar bajo en la hemoglobina, mis lentes para ver un poco más, un poco menos, el despido de mi gato en su penúltimo bostezo, los leucocitos altos para una buena defensa, no escuchar los gritos a los costados, llevar los argumentos para el engaño, mi sonrisa complice, que se lleven estos nuevos baños, y la fuerza para mandarlos a los de blanco, dejar de mirar fotografías, radiografías, tomografías, un buen trago para empezar, que sea vino, una silla...que lleve aros, una respuesta positiva, que no hayan contado mis días, que suelten estas telas, un mejor respiro, un mejor motivo.