12 de octubre de 2008
Fila
Hay una gota del cielo que afilo su puntería en esa diáfana mirada y a partir de ahí tu voz nos buscaba, tus manos nos dibujaban en todo momento, tus sentidos reemplazaron a la luz prohibida y se abrieron las puertas a tu interpretación de la vida, a tu imaginación, lo más cercano a la realidad, y lo más diferente si tu lo querías, ahí estaba el detalle, en como nos ibas recreando y obtenías en pasitos la grabación de los espacios, ese era el mensaje, recuerda, y siempre recuerda... la noche eterna no era excusa, se abrían otras puertas para andar como nunca o mejor como siempre, como tú. Ahora me dejas, buscándote con las manos, con la caricia, en el patio de la casa, en tu cuarto, en tu Huamantanga mítico, ahora fila, ahora no hay habitaciones ventiladas, ni miedo a las noches, la oscuridad quizás sea nuestro escondite para volver a encontrarnos; tu tiempo, mi deuda, los espacios, los silencios, tus ahora viajes por mis recuerdos.
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