30 de diciembre de 2007

INVENTARIO

Al final del doceavo mes, con unos cuantos cuentos en el tintero y escuchando al inevitable ya sospechado, me sorprende la querida madrugada, con las ojeras de costumbre y la tenue luz de una lámpara moribunda. El año se va por la alcantarilla lo grita un calendario que nunca significo nada, pero que más da, habrá que escribirle algo. Este año nos dejo más de lo que se le pidió a las 12 uvas de su concepción, se arrancaron viajes inesperados y también invalorables, se aprendió que para olvidar a una mujer hacen falta 19 días y 500 noches, se gozo en los terribles senderos que nos muestra el camino del mal amor. Nos volvió más humano san Cesar Vallejo, fui tantas veces Pedro y me jugué la boca en carne viva. Me olvidaron fácilmente y me olvide también, me gane el recuerdo golpe a golpe y verso a verso. Fui egoísta, narcisista, populista y hasta demagogo, empecé a perderme en la mentira poética, la ambigüedad y la impostura, y grite desde el fondo de una pantalla de computador que es mentira que más de cien mentiras no digan la verdad. La primavera que no debía terminar el mes esta terminando el año, me he disfrazado y me han puesto muchos disfraces, escribí por quererte y para que me quieran. Crecí a paso firme, tambaleando mi pasado; juntaste tus labios, silbaste y te seguí, le rogué puntos suspensivos al final de los finales y no me diste mas que un adiós maquillado en hasta luego. Me sedujeron 6 cuerdas de una guitarra, y mi musa fue una serpiente de muchas cabezas, cada una con su historia y su propio estribillo. Me robaron de aquel cajón el mes de abril, me he matado contigo porque morías, aunque sin embargo, un rato cada día te cambiaba por cualquiera. Una mujer con sombrero me susurraba al oído y yo no hacia otra cosa que escucharla, me sedujo la madrugada y le rogué a la luna que pudiera salir sin ti. El alba era un martirio y le huía como hijo de Nosferatus, el insomnio paso a ser mi amigo y las pastillas que lo mermaban se fueron por el caño, igual que este año. Tan joven y tan viejo, tomando en cuenta lo poco de mi estadía en esta guerra, perdón, quise escribir Tierra, no intento ser autobiográfico, intento tan solo ser el almacenero de este inventario de la mala suerte.

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