Tu voz va calando como canto de sirena; nos va encantando y a su vez, poco a poco, nos va sumergiendo, despojándonos, sin darnos cuenta, de las defensas, quitándonos la fuerza para salir a flote. Ya en la inmensidad de todo, perdidos de la lógica, sólo oímos tu voz que nos convence a seguirte hasta que, nos sueltes para deleite tuyo.
A lo lejos se ve tu sonrisa partiendo, ya agarraste tu bolso y acomodaste tus atuendos, en el alboroto del lugar se ve los recuerdos de tu estancia, apenas si respiro, apenas si te miro, no hay fuerzas para detenerte, en tus ojos se ve el goce por mi final y en los míos queda el infame placer de saber que habrán mas condenados.
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