25 de enero de 2013

Condena


¿Y si no cargo con esa costumbre? ¿Ni me acomodo con las apariencias? Si mejor me escondo en las guaridas de la noche y descanso de tanto esfuerzo en vano, de tanta mala fatiga, de tanta promesa incumplida. Si con las horas consumadas escapo por cualquier avenida. Si caminando entre extraños me descubro buscando los pasos que me conduzcan a un destino distinto. Si me desabrocho el cuello de la camisa, respiro el vaho del calor de este clima tardío y acomodo el cuerpo llamando una vez más a la mentira. Si luego sonrío para convencer a quien me siga hasta uno de los infiernos de Dante y con besos doy mi saludo y despido. Si mejor volteo en la esquina antes de llegar a la meta y termino una vieja pelea que todavía no empiezo que me deja mal parado como resultado de la golpiza recibida en pago de mis conductas impulsivas. Si me olvido una vez más tu nombre y llamo a la persona equivocada, si tu luz salvadora ya no cabe por estos pasajes y mi traición a todos es la mejor excusa para ser el mejor amigo, tan bueno y tan malo, que disfruta de eso pasajes raros y antes de despedirse suelta una sonrisa carcelera que los condena, que me condena.

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