27 de enero de 2013

La Oficina



Hay que tener huevos para ser oficinista, ir contra tus instintos y vender tu alma y tiempo por dinero. Fácil es dejarse llevar por la corriente, aventurarse a hacer lo que se gusta y fracasar. Lo más difícil es acomodarse al horario de otros, a las órdenes sin sentido que tu jefe recibió de su jefe, al reloj que acusa sin misericordia tus tardanzas y al encierro voluntario en cajitas de cristal.

Cualquiera puede ser independiente, artista, vividor, mantenido, ser su propio amo y hacer lo que se quiere cuando se quiere, sin un centavo en el bolsillo. Es de corajudos, disfrazarse para el trabajo, limitar el baile de tus neuronas a lo que se necesita y no protestar. 

Hay que tener huevos para ser oficinista y vivir adentro mientras la vida pasa por afuera.

25 de enero de 2013

Condena


¿Y si no cargo con esa costumbre? ¿Ni me acomodo con las apariencias? Si mejor me escondo en las guaridas de la noche y descanso de tanto esfuerzo en vano, de tanta mala fatiga, de tanta promesa incumplida. Si con las horas consumadas escapo por cualquier avenida. Si caminando entre extraños me descubro buscando los pasos que me conduzcan a un destino distinto. Si me desabrocho el cuello de la camisa, respiro el vaho del calor de este clima tardío y acomodo el cuerpo llamando una vez más a la mentira. Si luego sonrío para convencer a quien me siga hasta uno de los infiernos de Dante y con besos doy mi saludo y despido. Si mejor volteo en la esquina antes de llegar a la meta y termino una vieja pelea que todavía no empiezo que me deja mal parado como resultado de la golpiza recibida en pago de mis conductas impulsivas. Si me olvido una vez más tu nombre y llamo a la persona equivocada, si tu luz salvadora ya no cabe por estos pasajes y mi traición a todos es la mejor excusa para ser el mejor amigo, tan bueno y tan malo, que disfruta de eso pasajes raros y antes de despedirse suelta una sonrisa carcelera que los condena, que me condena.

21 de enero de 2013

Al otro lado del arcoiris (Buenas noches Mila)




Yo no dejo que me duelas tanto. Escapo de los espacios que solías habitar y aunque a veces alguna brisa maliciosa me trae el eco de tu voz por las noches, no dejo que me duelas. Siento que estás ahí, descansando en tu silencio profundo y volteo por instinto o por descuido y me dueles completa, pero no dejo que más.

Vivo negando tu ausencia, naufragando por minutos sin ti, imaginando que estas dormida aunque el sol se canse de buscarte en la ventana, como si al verano le faltara tu sombra y tus costumbres.

Prefiero recordar otras heridas, sentir por el lado más lejano, buscar el llanto con otras excusas menos fuertes que tú, y es que todavía no puedo dejar que me duelas toda, prefiero consolarme con fantasías y sueños de volvernos a encontrar, prefiero creer que me esperas al otro lado del arcoíris.

11 de enero de 2013

Vino y Pan

Mañana vuelves, no hay problema, mañana de mis ojos vuelves y descansarás la fatiga de la huida, vuelves totalmente resuelta y dispuesta y convidaras un poco de pan y un poco de ti. Y yo estaré acá tan despierto, tan atento y acabaré el bullicio escandaloso que te puede distanciar, yo estaré sin la culpa o escondiendo la condena. Estaré enfriando los vinos, mis pecados y te brindare algo de beber.

En la mañana nos vamos no hay temores, de tus temblores nos vamos, de mis pormenores, sin preguntarnos por los demás. Nos vamos dejando el juego en la cama, el cigarro, los poemas en la almohada. Nos escaparemos, no hay cuestiones, nos escaparemos de los inquisidores, de los acusadores. Hasta que los días nos busquen entre tanta rutina mala, fatiga mala, compañía mala y de mis ojos vuelvas convidando un poco pan, aceptando un poco de vino.

Lineas...

Sólo quería escribir, sin mucho que decir, con tanto que poner…son tan sólo unas líneas timoratas que quieran expresar el gusto de andar queriéndote unos tantitos más…Ya sabes cuestión de dejar que las expresiones se escapen de nuestras manos, que nos encante buscar la sonrisa del otro, el breve mirar entre segundos escurridizos…yo de ti hacía mí, tú de mí hacia ti…expresiones que nos vayan haciendo participes de melodías amables, los bailes mentales, poesía que se recita a la distancia de la cobardía, suficiente como para no hacerte escuchar el tamborcillo delator.


7 de enero de 2013

Del otro lado



La vejez se ha posado sobre tu rostro y yo puedo tocarla, tus ojos se han caído y tu hablar se hace lento. A veces tropiezas en tu terco ejercicio de andar sola y yo estoy atento al ruido que haces al intentar levantarte. Las horas se llenan de recuerdos que invaden la oscuridad en la que estamos viviendo, tú perdida entre tus lerdos movimientos y yo sentado entre memorias y momentos que me niego a olvidar. Los males y el tiempo nos han quitado las fuerzas, pero tú sigues luchando, mientras yo me dejo llevar, tú disimulas el dolor mientras yo naufrago entre las tinieblas, si tan solo pudiera curarte una herida.

Al final hay una forma de escapar, pero a ti nunca te gusto rendirte, me lo reprochaste tantas noches, mi derrotismo, mi pereza, mi predilección por salidas fáciles. En realidad solo acortaba mi dolor, nunca quise abandonarte, menos con esta enfermedad, cuantas noches te cogí en mis brazos y sentí que la vida se te iba cuando en realidad solo querías dormir. Sé que luchas y que sufres, que morirás luchando, vieja, si tan solo pudiera mostrarte lo tranquilo que se está del otro lado.  

5 de enero de 2013

Un instante



La vida son instantes, segundos, momentos; algunos memorables y eternos pero en su mayoría insignificantes. La vida es eso que fluye entre tus rutinas y tus pasiones, los recuerdos que acumulas y los que no puedes eliminar. 

Yo, por ejemplo, pienso en ti todos los días, sin alguna excusa te recuerdo y sigo mi camino, ya no cambio el paso por algún destello similar al de tu risa, sin embargo estas ahí, inevitable. 

Uno recordará por siempre pequeñas escenas, frases improvisadas y besos a ciegas. El primer verso que rimé por ti, la canción de amor que nunca te escribí, la primera noche en que vigilé tu sueño y aquella mañana en que fuiste lo primero que vi al despertarme, un segundo de ti que durará una eternidad en mí.