Y el hombre, a veces se confunde en la inquebrantable capacidad de creer y deja la pesada carga de las interpretaciones a una mañana ausente o una tarde compartida, momentos en que simplemente nos llevan las acciones que pudimos repartir.
Y el hombre a veces se confunde y se doblega por la simpleza de una risa o el jocoso detalle de una coqueta simulación, la expresión bailarina de tus manos y la neblina en los faroles o el humo de un cigarro sin terminar
Y el hombre a veces olvida, va perdiendo, de a pocos, los retazos de la memoria. Como justificando los descuidos de la razón.
Y a veces se equivoca, se despierta y se recoge las intenciones, las invitaciones de, por qué no...pasarla mejor.
Se despide, se olvida la última palabra que te iba a recitar y cae en el despiste anterior.
Comenta que hoy te recordó
conversa y recita
escribe.
...
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