Y volver a las líneas es quizás el refugio de tanto día confuso o el escape de una rutina a la que no me acostumbro del todo. Volver a escribir es quizás un reclamo a la creación bendita, un recitar que no se nos permita o expresiones para quienes nos leen a lo lejos. Puede que la excusa sea el querer crear o el crear para querer. Quizás la idea sea trascender en el lector, dejar que interprete el escrito, que lo haga suyo, que lo convierta en arte. Volver a escribir es volver a respirar el aire puro, salir del neblumo de la rutina, es gritar al viento los momentos contenidos, los detalles observados, aquellos que nos permiten una idea, unas líneas fugitivas, el futuro relato de una historia, la creación heroica, sobre el hombre que no es oído, el deshumanismo consciente, el mar que canta a lo lejos, el sol que anda despierto, lo curvado de tus labios, tú sonrisa que persigue, la cama que me invento, que recuerdo. Volver escribir son los golpecitos en el teclado, el lapicero mordido, el papel escrito al reverso, en el boleto, la servilleta, tu espalda desnuda...volver a escribir es...
No hay comentarios:
Publicar un comentario