Estaba como de costumbre en una camilla. El de blanco me recibía con su frase de siempre: es cuestión de rutina hijo. Esta vez yo andaba tarareando una canción de Miguel Bose que sonó en la película La vida es Bella, ese era mi acompañamiento a la rutina, a la que me iba acostumbrando con el pasar del tiempo... La enfermera se acerco y me dijo que antes de entrar a la tomografía tenía que hacerme un examen de creatina ¿de crea..qué?. Cuestión de rutina, me decía la enfermera, mientras inventaba una sonrisa. Yo la mire como quien escucha esa frase muchas veces y solo le guiñe el ojo al partir, entre tubos de ensayo, alcoholes y batas que muestran más de lo normal.. En el laboratorio había dos especialistas para hacer el examen y por cómo le hablaba uno al otro me pude dar cuenta que uno era practicante... El practicante me limpio el brazo con alcohol, me sujeto con liga y empezó a buscar mi vena, para su mala suerte ella se había escapado hace mucho tiempo entre tanto pinchazos de rutina. El de experiencia hace un gesto de fastidio y mete la aguja buscando demostrarle a su discipulo cómo es que se hace, aunque para su mala suerte, nada salía. Es cuestión de rutina, le dije mientras le dabaa una palmada de aliento y soltaba las carcajadas del convencido, al rato el liquido escaso fluyó y llenoó el tubo de examen...Con resultados hechos volví al laboratorio, me esperaban una hermana que no se había olvidado de esta rutina y unos extraños que hacía cola, Ella me dio una mirada cómplice mientras entraba a ese salón y yo le gritaba que no se preocuparan que aquí todo era cuestión de rutina. La laboratorista me explico los pasos y me pidió me eche en la camilla. No se acordaba de mí por lo visto a pesar de que la última vez nos reimos juntos. Este salon tiene aire acondicionado porque la máquina necesita una temperatura fría, y yo empecé a temblar de tanto aire nuevo, de tanto poco abrigo, me pidió que me relaje y yo le grite que era por frío y sería bueno que me tape con la frazada y ella totalmente cómplice me dijo que hasta el frío era cuestión de rutina, la mire y la mande al carajo, no sin antes decirle que mi respuesta también formaba parte de esta puesta en escena. Lo demás, ya lo saben, fue cuestión de rutina, un aparato, una doctora, unos remedios y un enfermo, posamos juntos para la fotografía, mientras tarareaba una canción de Bose.
31 de octubre de 2009
18 de octubre de 2009
Carta, si aún se puede llamar así
Supongo que esta vez el cartero no ha llamado, estas líneas te llegaran mediante esa nueva forma para enviar correspondencia que no entiendo, tú sabes la tecnología avanza tan rápido y uno se vuelve tan lento, mi nieta es la encargada de esta redacción, la ceguera no me deja más que dictarle las palabras desde todos mis rincones oscuros. A pesar de la vejez, querido amigo, no se me olvida tú 14 de octubre, aunque en algunos años ocupados si se me escurrió de la agenda, con mis ni siquiera 80 no he de dejar pasar tus 84. Hace tiempo que no nos vemos y ahora ya me será imposible, ya no creo volver a nuestra Lima, o a tu Magdalena con salida al mar, París no me ha tratado tan mal desde aquella ves que regresaste solo en el aeropuerto y yo te encargue que me despidieras de todos. Recuerdo hasta donde llevamos la amistad, cuando las madrugadas no tenían fin, y las botellas hasta que perdía el sentido, gracias amigo por salvarme siempre en el peor estado. Como olvidarme de “Más de Cien Mentiras”, un escape, una excusa decías, mi trozo de madera en mitad de un naufragio, lo llevamos hasta el último, hasta donde se pudo, murió junto con internet, pero bueno tú ya sabes de eso es historia universal.
Recuerdas esa noche con Sabina, muertos de risa y de euforia, el flaco nos hacia chistes, se reía de los nuestros, saco la guitarra y qué diablos, disfrutamos 500 noches. Del trajín de los libros solo me queda el recuerdo, de tus presentaciones y mis aplausos, junto a esta carta, si aún se puede llamar así, adjunto mi primera edición, regalo de los nietos, espero que te guste la portada, ellos la describen yo no la puedo ver. De las mujeres ni hablar, saludos a tu compañera, te envía saludos la mía aunque no te haya conocido. Vivimos con la marca de quien no se contentaba con el cristal que le imponian, supimos ver más allá, el retiro que siempre soñé no es tan malo, espero que el tuyo tampoco, quizás nos encontremos otro día, sabes, nunca jugamos al ajedrez, eso creen mis nietos que hacen los viejos.
Mi tiempo se acaba, para dictar cartas y para respirar, me despido amigo, como en algún momento me despediré de esta vida, gracias nuevamente por habérmela hecho menos idiota.
Recuerdas esa noche con Sabina, muertos de risa y de euforia, el flaco nos hacia chistes, se reía de los nuestros, saco la guitarra y qué diablos, disfrutamos 500 noches. Del trajín de los libros solo me queda el recuerdo, de tus presentaciones y mis aplausos, junto a esta carta, si aún se puede llamar así, adjunto mi primera edición, regalo de los nietos, espero que te guste la portada, ellos la describen yo no la puedo ver. De las mujeres ni hablar, saludos a tu compañera, te envía saludos la mía aunque no te haya conocido. Vivimos con la marca de quien no se contentaba con el cristal que le imponian, supimos ver más allá, el retiro que siempre soñé no es tan malo, espero que el tuyo tampoco, quizás nos encontremos otro día, sabes, nunca jugamos al ajedrez, eso creen mis nietos que hacen los viejos.
Mi tiempo se acaba, para dictar cartas y para respirar, me despido amigo, como en algún momento me despediré de esta vida, gracias nuevamente por habérmela hecho menos idiota.
14 de octubre de 2009
Respiros y Olvidos
Hace ya 84 octubres que he vivido y mi memoria se va escapando en cada soplido que he hecho, hace tiempo voy viendo nuevas generaciones y nietos que hacen ruidos a cada rato mientras se me van haciendo confusos con lo años. Ahora la vida se hace pausada, medito en el tiempo que demora tomar el desayuno o en lo que demora ponerse la ropa, hay más espacios para analizar la vida y suficientes como para despedirla. Recuerdo haber comprado esta casa soñando mirar siempre el ocaso, y que por estos lares me gustaba mucho ir al malecón, muchas de esas veces las compartí con grandes amigos y otras con bellas compañeras. Ya la vida se me hace más peligrosa y darse un baño despierta el miedo de caerse o el inicio de un sueño da la impresión de ser el último. Debo admitir que muchas veces maldecí haber despertado cuando ya había creído que todo había terminado y otras veces bendije el día nuevo por escritos que aún no había culminado.
Cumplo 84 y pareciera nueva esta sensación en mi vida, quizás sea la nostalgia del tiempo, de los viejos y buenos amigos que he ido olvidando o los grandes y malos amores que me han olvidado, recuerdos que se han ido confundiendo con el tiempo y la soledad actual, aunque siempre he estado acompañado por mis gatos, muchos de ellos también me han ido abandonado, no los culpo se comportan como humanos, pero este último sabe que seré el primero que se despida, por lo que ha optado quedarse más tiempo, ya que su nombre se me olvida a cada rato he decidido que se llame micho.
Desde chico me la pase olvidando todo los malos momentos, por eso siempre andaba sonriendo, alguna vez me dijeron que ese acto de olvido era una búsqueda de la calma, de una tranquilidad que permita poder crear más historias, conversar e irme descubriendo cada vez más.
Mis respiros parecen tributos a esos tiempos, este último fue largo, pausado, por un momento volví a sentir los latidos de la juventud, no me preocupo, hace mucho que ya no lo hago, estoy abierto a la despedida, sólo espero no sea fatídica, siempre dije que tuve más miedo a la vejez que a la muerte, por eso ya viejo quisiera tomarme un trago con ella, en fin, el día se me va haciendo muy largo y la soledad a la que me condenó mi longevidad me permite estos tiempos; 14 de Octubre siempre me ha gustado, un día lo considere como una excepción al calendario por tu partida y en otro simplemente lo había olvidado.
6 de octubre de 2009
Despedida
Sólo te pido me permitas la despedida, que me dejes decir que realmente no busque esa expresión tuya del rostro como recuerdo de un final dado. Te pido que me permitas unas cuantas líneas, aunque ellas se conviertan en mensajeras kamikaces y terminen luego en algún basurero invitados por tu furia, pero permiteme que aclame a la sonrisa tuya, al recuerdo de lo motivos dados, al breve espacio, al siempre siempre. La complicidad cuando eramos reos de nocturnidad o andábamos ebrios de celebraciones futuras. De cuando algún día, tú te ibas a titular y yo te iba a titular en una de mis futuras novelas dedicadas a tu sonrisa. Deja que sean ellas las que si se vayan en paz y que permitan luego tregua alguna entre nosotros. Ya vendrán tiempos mejores, nuevos autores. Se pintaran ilusiones diferentes y dejaremos de compartir una línea del camino para llevar líneas paralelas, pero descuida, tengo el vaso en mano para calmar los nervios, tengo un cigarro sin prender. Ya sabes, no fumo, pero me calma su presencia, cuestión subjetiva; bueno sólo me quería despedir con la idea de una futura tregua que luego o como tú lo prefieras, muy luego nos cruce por casualidad o causalidad para invitarte un café mientras bebo un chocolate y enseñarte aquel libro que te titulo: mujer de junio, especialista en ilusiones perdidas.
En el nombre de la despedida (Respuesta)
Serás el que se levante de nuevo, el que equivoque la casualidad y la causalidad, serás los motivos suficientes para desmayar, para recordar, tendrás el bolsillo lleno de incertidumbres, comprarás momentos al mejor postor, llevarás el argumento como buen brindis y escaparás una vez más del saludo condescendiente, te seguirán los fatídicos compañeros del olvido, y con ellos convivirás y repartirás contradicciones humanas, serás el pintor de ilusiones y engañaras una vez más para llegar a la cama, no tendrás parientes, pero te conformarás con súbditos que te aclamarán y gritaran más de una vez tu nombre, llevaras una insignia que te reconozca, el distintivo de que algo llegaste hacer, pero terminarás vacío. Si pedías despedida esta es la mía y la tregua no tiene fecha de inicio, nunca sabrás lo que es una sonrisa, tendrás la amargura de aliada y es verdad vendrán nuevos autores aunque ellos si publicaran buenas novelas, tú corregirás las fallas de ellas y te limitarás a escribir en un blog, quizás luego vengan tiempos mejores, pero tu ya tienes la condena por eso me despido dejándote el recuerdo de alguna vez haber vivido, porque ahora deambularás por todos lares, flotando sin materia que te defina, serás el hombre de la despedida y tu nombre se irá disipando como tus líneas.
4 de octubre de 2009
Los Planos del Infierno
Porque te quiero tanto
Te han robado la realidad que nunca entendiste, el universo que no fue creado a tu medida, donde todo era muy grande, donde todo era muy pequeño, donde te ocultaban a la realidad que cubrías con tus sueños, de praderas limpias, de carreras sin fin.
El tiempo que es más veloz contigo te ha quitado lo que algún día me quitará también, llenó de un azul triste tus ojos, condenándote a la oscuridad de un cielo desconocido y tenebroso. Tu paso se ha vuelto más cansado, aprendiste a abusar de tus otros sentidos, el fondo nebuloso de tu mirada brilla por la ausencia de mi imagen en ella. Te han quitado las formas, las direcciones, las amenazas, te robaron los planos de un infierno que jamás llegaste a entender.
1 de octubre de 2009
Cordura
Y la tarde se desencadena en vertientes distintas mientras los creados modernos deambulan en una ciudad negada, hay pecados ocultos, conciencias ignoradas, la prueba de un vacío perpetuo que rebota como sístole ermitaño, los ligeros esbozos que van firmando la despedida, robos de tiempo, abismos que van teniendo dominios en imaginados resultados y consecuencias de mirar siempre de costado. Y la tarde se disuelve entre parpadeos y un astro simula su baño en la mar mientras los ideales de la plenitud que tuviste para mí, se va diluyendo en el primer tropezón, pasos que rompieron los tablones de sensatez, se va yendo la realidad de la manos y cada vez es más lejano la cordura de mis peatones, mientras se busca la soltura de las risotadas como terapia de sueño y se encuentra la excusa en el lapicero impreso de imágenes mentales, ya la tarde despidió su placentera muestra, los creados se convierten en silueta de un mal dibujo, la luces hacen del impresionismo una pincelada más para dar un rebote de gracia, para pedir un minuto más del tiempo ido, Y la tarde se va perdiendo en la cordura y yo te pido un tiempo más de ello, para tenerte una vez más tan cercana, y pedirte una vez más una sonrisa aunque tenga que quitarle excusas a la cordura con definiciones de una tarde que se nos fue de las manos cuando yo te estaba amando.
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