Escribo cartas y no para que las leas,
quizás las escribo para mi mismo,
para buscar un poco de sinceridad.
quizás las escribo para mi mismo,
para buscar un poco de sinceridad.
Pasó otra vez, y de la misma manera, nos llegó el final, disfrazado de pausa, tuve siempre ese recelo ya ves que el subconsciente esta para ayudarnos día a día. No quise perder la cabeza, aceptar latidos, cantar que esa boca era mía, fui cauteloso por dentro, medí mis pasos, pensé que mejor era no pensar tanto; tú a mil por hora, sin freno y a la deriva en un torbellino de hormonas y besos debutantes vienes a decepcionar esta mañana con trampas y acertijos, que otra vez, otra vez me parecen tan iguales.
Pasó, pues, y así que uno aprende, que a la segunda ya nos vamos conociendo mejor, ojo, no lo llamemos error, vivir le han puesto a esto los filósofos. Por mi lado habrá muchas trabas si es que lo solicitas, no es lo mismo, no es igual, nuevamente y otra vez. Me gustaría nuestra historia, si fuese impresa en papel, pasta dura y a precio de ocasión, sabes bien me complico hasta con el olor del café, y hago filosofía en el banco, para que cargar con algo más que debería ser como un día de campo y no como las letras pequeñas del contrato.
Pasó y uno se da cuenta cuando trata de mentirse, cuando se aprieta con una mueca ebria la tecla que reproducirá la canción para el olvido, cinco veces y “ojala que te vaya bonito”. Uno se da cuenta, cuando queda poco tiempo, cuando te recomiendas desconfiar, cuando escribes una carta, cuando la escribes para ti mismo y la terminas con un resignado hasta siempre, siempre, mucho siempre.
1 comentario:
me gusta el titulo...no deberia esperarme!!!
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