Era el motivo para volvernos a ver, le decían la cúpula, la mafia, los muchachos, nadie entendía ese celo con ello, algunos nos acusaban de egoístas, de sectarios, hasta de raros, decían que era una cofradía...igual se encontraba la excusa para ser siempre los mismos, al principio eran casi todos los días y había una inspección tacita hacia el otro para saber si realmente pertenecía a este lugar, se fue así descartando personas y poco a poco se llego al número exacto.
Comenzaron a salir las frases repetidas, sospecho que algún tipo de rezo o conjuro a un evento especial, luego aparecieron rituales y algunas normas que tienen este tipo de congregaciones, si es que se llaman así, después con el tiempo nos veíamos menos, sospecho que al inicio fue así porque se necesitaba consolidar las ideas y normas de todo esto y luego ya no se necesitaba nuestra presencia tan seguida, por eso es que luego las reuniones se hicieron menos fluidas, a veces había tiempos complicados, cada uno llevaba una rutina tan distinta al otro que creo, por eso nos entendíamos.
Lo días en que nos frecuentábamos cada vez se marcaban menos en los calendarios, se agregaban nuevas responsabilidades, venían malos momentos, ya saben la vida no nos mostraba la misma cara y nosotros no le dábamos el otro cachete, en todo caso siempre aparecía el espacio para volver a encontrarnos a pesar que ya contábamos con nuevas compañías ellas lo entendían. Total no eramos los malos de la vida, teníamos muchas teorías, pero ellas se perdían juntos a los trago que bebíamos, siempre había mucho que contar algunos más que otros y luego los otros más que algunos.
La citas eran nocturnas, se esperaban las once cuando ya muchos dormían, luego nos perdíamos por caminos extraños hasta llegar a una hora más tardía, durante esos momentos las conversaciones eran en susurro, había mucho vigilante por donde andábamos que prohibía nuestros rituales, muchas veces me perdía por los lugares en que caminábamos, sospecho que son cosas de cofradías, en estos casos el misterio y la oscuridad se hacen buenas compañías, tomábamos benjunjes raros y gritábamos rituales extraños, a lo lejos cantaban las olas, al menos eso es lo que me parecía porque había un lado donde era difícil mirar, una nocturnidad se te prendía de los ojos como una inmensa pared, no sabias que habia allá, pero igual no dejaba ser atrayente, tenia algo de hermoso y parecía que unas olas cantaban por ahí, luego de pasar horas oscuras por esos lares volvíamos a una casa de reunión, tenía una luz siempre prendida como símbolo de que alguien vivía ahí, aunque casi siempre termináramos en esta casa, no era el único lugar, había otros más pequeños, inclusive algunos más bulleros, siempre había un lugar donde llegar estemos donde estemos, había un lugar cerca ahí que nos pertenecía.
Muchas veces quise preguntar sobre está cofradía, que me digan cual es la intención o si hay algún secreto antiguo que se guarda acá, porque escuche alguna vez a escondidas que este grupo es más antiguo inclusive que los que lo integramos hoy, será que tiene algo de mito y los escritores le podemos dar esa antiguedad, o puede que sea cierto, en todo caso no me animé a preguntar, sospecho que todos lo tienen claro y una pregunta como esa podía propiciar hasta mi expulsión de acá. Sobre este grupo no les puedo decir más de lo que les he contado, ya saben estas cosas guardan su misterio, sólo que en verdad me agrada estas reuniones hay mucho de que hablar y mucho que aprender, me tengo que ir porque acabo de recibir una llamada extraña sospecho que viene de ellos, trataré de comunicarme para saber ahora que va a suceder.
No hay comentarios:
Publicar un comentario