Me gustan sus ojos, grandes y
expresivos los cuales cada vez que miran hacia arriba dan la sensación que anda
pidiendo permiso al amor. Me gusta su nariz en donde juegan pequeñas pecas tenues.
Aquellas que cual cielo limeño, solo las puedes apreciar si las miras con
atención. Me gustan sus pies, pequeños y juguetones, que siempre me buscan
debajo de las sábanas y danzan con los míos durante las noches. Me gustan las
curvas que se generan al terminar su espalda. Redondas y firmes se muestran sus
nalgas tan seguras, tan sensual. Me gustan sus manos que suelen buscarme al andar
y buscarme en la oscuridad. Sus manos que se saben de memoria mi cuerpo y saben
también hacer tregua entre los dos. Me gustan sus senos que suelen hacerse
presente con cierta timidez. Ella es hermosa y suele andar con el cabello
amarrado, con la sonrisa a todos y la mirada hacia el futuro. Suele mirarme con
atención cuando cuento historias que recuerdo o le comento como anda el mundo
de raro. Sabe que perfecto no soy, que a veces suelo tener ganas de tirar la
toalla y sin embargo me embarga con su amor y me riñe con la mirada.
-Vamos hombre, que el día no ha acabado, que falta mucho para fin de mes. Ni que hablar de fin de año. Así que vamos que lo importante en este camino es primero, que sigas andando a mi lado, que no te amilanes ante la lucha, que busques ser siempre un hombre mejor y que no te olvides que mientras vivamos siempre intentemos hacer lo que sabemos hacer mejor. ¿Sonreír? –Ser Feliz mi amor.
-Vamos hombre, que el día no ha acabado, que falta mucho para fin de mes. Ni que hablar de fin de año. Así que vamos que lo importante en este camino es primero, que sigas andando a mi lado, que no te amilanes ante la lucha, que busques ser siempre un hombre mejor y que no te olvides que mientras vivamos siempre intentemos hacer lo que sabemos hacer mejor. ¿Sonreír? –Ser Feliz mi amor.