7 de noviembre de 2017

Tiempos Difíciles


Prepárate, se vienen tiempos difíciles, y no es que los esté invocando con mi eterna vocación por complicar las cosas, es que ya no doy más y en la siguiente esquina me bajo, ¿querrás andar a pie conmigo lo que queda del camino? Esto siempre fue una mentira, que no es lo mismo que haberte estado mintiendo, es que yo nunca puse resistencia cuando me iban subiendo a este ómnibus donde te conocí, mamá insistió tanto y la calle se iba quedando vacía, me hubieran tildado de loco si no seguía a los demás. ¿Te imaginaste que sería el primero en rendirse?, probablemente no. Es cierto que el paisaje es maravilloso y logré acomodarme en un espacio cerca a la venta con una vista espectacular de nuestros mejores años que van quedando atrás, no me quejo de las comodidades a bordo, tampoco de todos los pasajeros, acepto que cada vez soporto a menos, pero es más culpa mía que suya. Mientras que a ti siempre te voy a amar, tanto que entiendo si en la siguiente esquina no te quieres bajar. Perdóname por no advertírtelo cuando te sentaste a mi lado, ni yo sabía que me iba a cansar tan pronto, que esta no era mi manera favorita de viajar, que tenía otras opciones. No llores, el ómnibus es grande y siempre hay alguien esperando por asientos libres y junto a la ventana, lo inevitable es que ya no puedo respirar de este aire viciado, ni escuchar las voces de los demás en mis oídos, ni dejarme llevar por las curvas que decida el conductor. Esperaba que alguien me salvara hace 3 paradas, pero siempre tuve mala suerte y nadie va a regalarme soluciones fáciles, es hora de liberarme por primera vez, romper el vidrio y saltar al camino, el conductor no va a detenerse, te invito a saltar conmigo, entiendo si tienes miedo, sé que va a necesitar de mucho esfuerzo, pero prefiero ser yo mismo el que trace la ruta.

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