4 de noviembre de 2017

Entrepreneur

Este es el peor momento de la noche, cuando la charla ha terminado y la emoción de la noche ha pasado. No tiene que ver con nada que haya dicho, todo es siempre muy claro y efectivo, el guión ha sido revisado por mucha gente y hemos practicado tantas veces las mejores técnicas para parecer espontáneos, que es casi imposible que algo salga mal. Además, el público viene a escuchar cosas que los reconforten, nadie está detrás de algún error mío o de la organización. Todos son felices sabiendo que tomaron la mejor decisión de su vida y el alto precio de la entrada fue su mejor inversión. Todos quieren ser millonarios mañana, todos son entrepreneurs.

Este es el peor momento de la noche, cuando estoy camino al hotel de alguna ciudad tercermundista y pienso en los asistentes de las primeras filas, casi siempre son los que menos dinero tienen, se ve en sus ropas, en sus celulares y joyas falsas, pero pagaron más por estar más cerca del escenario, por captar la mayor parte del mensaje y aprender a vivir sin que nadie les diga que hacer (excepto mis libros), sin jefes a los que seguir ciegamente (excepto a mi), con plena libertad de hacer lo que quieran (excepto faltar a mis conferencias). Algunos casos de éxito suelen emocionarlos: este de aquí empezó peor que tú y ahora viaja en avión privado todos los domingos a Dubái, aquella dejó su exitosa carrera de derecho y se convirtió en la mujer más poderosa de esta parte del planeta, este joven aprendió más sobre gestión en una excursión al Everest que en un MBA. Y todos son amigos míos, mira cuantas selfies nos hemos sacado juntos.


Este es el peor momento de la noche, y por supuesto que nunca lo voy a mencionar, es cuando recuerdo a la gente que estuvo en primera fila, como tú. Que me hizo caso y se arriesgó, como tú, pero que no salen en las fotos, como ellos. Es la parte más difícil del trabajo, y es la parte en la que menos quisiera pensar, ¿a cuánta gente le digo noche a noche que deje sus trabajos e invierta todos sus ahorros en sueños que parecen pesadillas?, ¿a cuántos asistentes he llevado de la mano hacia el borde del abismo y los he envalentonado a saltar?. Es cierto que puedo llevarme uno o dos casos de éxito más de esta noche, pero ¿qué hago con el resto? ¿a cuanta gente he llevado a la quiebra? Este es el peor momento de la noche, pero debo seguir mi camino, este fue mi sueño y lo estoy cumpliendo yo empecé como ustedes amigos, yo también soy un entrepreneur. 

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