Mujer, hay
tanto miedo en mí. Me tiemblas los brazos al tocarte, ¿y si mis manos no te
llevan al lugar donde otros te llevaron? Me faltan fuerzas para alcanzarte, y
me asfixia la duda por el futuro. ¿Quién dijo que mañana es mejor?, porque no
podemos quedarnos aquí, donde todavía puedo
ganar, después me arrepentiré de tanta cobardía, pero he visto muy poca luz
estos días, perdona la torpeza y las palabras que me guardo, la angustia se
apodera de mí y nunca ha sido fácil.
En vez de
ganar, quiero abolir el juego para no perderte, aunque tu respiración está al
alcance, la posibilidad de caer me atrapa y me destruye. Mujer, debes irte, aunque
me duela, perder sin haber jugado es mejor que perderlo todo.
Quizás no
todos estamos hechos para triunfar, y los pocos que tenemos mala suerte
sufrimos la avalancha de gritos que nos alientan a llegar a la meta. No me exijas
un triunfo, si no puedo empezar la partida, quedate conmigo, esta es la última vez que pierdo, otra vez.
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