28 de febrero de 2012
Me gusta mañana
Me gusta descubrirte cerca de mí, tan cerca que lleno de vaho tus lentes y clasifico tus pecas por tamaño y color. Me gusta mirar tus ojos en primer plano y descubrir que sonríes después de cada beso, o que tu cuerpo es de arena que se derrama en mi pecho. Me gusta buscarte entre las sabanas y resignarme a una almohada pretenciosa que busca disfrazar el olor de tu perfume en mi cama. Me gusta encontrarme extrañándote, buscándote, tratando de inventar cualquier excusa para verte y descubrir que tú ya escribiste la justificación del próximo encuentro. Me gusta encontrarte resumida y breve, como lista para entrar en mi bolsillo y que crezcas ante el arte de cualquier distraído que nos inventa una noche de poetas caducos y pintores nostálgicos. Me gusta retar al abismo en tus labios, medir la distancia de tus ojos a los míos, respirar del aire que sale de tu boca, y ensayar un primer beso tímido con escalas en tu frente, mejillas y nariz. Me gusta lo que guardas, lo que espera, me gusta la noche de mañana y el sol de la próxima semana, me gusta la próxima estación, la siguiente canción, el día que aun no amanece y el tiempo que acecha en mi reloj.
7 de febrero de 2012
Excusas de equivocados
Lo importante es volver a las líneas que dibujen un bosquejo de tu silueta mientras me despierto de una mañana inquieta o que pongan el punto final en el último lunar de tu cuello. Que sea tu risa de tus labios curvados los que me condenen y me perdonen a la vez y que no importe si mañana te excomulgan por besar labios equivocados o si me equivoco de puerta y llego alguna vez a la tuya. Que sean volver a las líneas, las excusas de tanto escapar de rutinas, que sea volver a tu puerta la excusa de mi despiste. Que no me venga con que no recuerdo tu figura y no me digan que tú me eres ajena. Mañana me volveré a equivocar prometo que no será sin querer. Sé que esa no es mi puerta y tu sonrisa no está dispuesta, pero no escucharé a los consejeros y volveré a caminar por la ruta prohibida, dispuesto a que me devuelvan la sonrisa, el beso extraviado que se perdió por algún lado y aquellos versos creados que venían por ti.
Reos de Nocturnidad
Es tu piel la que aún anda impregnado entre mis manos,
son las sábanas las que nos descubrían
y el respirar tu respiro, escuchar tu gemido,
explorar por las rutas que nos llevan tus muslos coquetos,
ese cruce de piernas antojadizo y la expresión que invitaba sin hablar.
Era tu cuello el inicio del camino, tus pechos en los que uno se podía detener,por tu ombligo andaba el nuevo comienzo y por tu vientre la ruta al infinito...
Eran tus pies desnudos que me jalaban hacia ti,
mi derrota y victoria que volvían por ti,
la luna que rebota en tu espalda
y mis manos las que se bifurcan por tus siluetas y se vuelven a juntar.
Eres tú temblorosa e impaciente,
atrevida e indecente,
quien me mira a los ojos convencida de a donde va. Aferrándose a mi piel y yaciendo sobre ella en el final de lo finales, el cantar de lo cantares donde sabemos aceptar que somos reos de nocturnidad.
Amantes impacientes que viajan con disimulo cuando se nos escapa la noche del cuarto una vez más.
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