Aunque no venga con prisa y no tenga espacio en las trincheras, para quedarme a descansar en plena balacera de los quejidos, por más que nade entre sueños distantes y me construya universos nuevos entre utopías hermosas e ideales románticos. Por más que no pueda convencer sobre que la vida tiene poesía y aun así vuelva a escribir y a compartir el alma junto al dolor del vecino, del amigo del ajeno y de coronas y pedidos siempre sea un agradecido. No puedo estar detenido en un sistema que me acaba ni actuar de la misma manera que todos persiguen por eso no me busque en las bancas de las iglesias rezando y confesando quizás ande admirando estructuras o contradicciones del hombre o mejor búscame tarde con los amigos, puede que temprano brinde con mi asesino y aunque entre preguntas lleguemos a algunas respuestas que te convenzan de que tienes mejores argumentos que tu primera mentira y quizás entre las más interesantes este el hecho que no quede más que agradecer esas palabras mi estimado hermano menor.
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