Son mis tardes las que se escapan, las que te buscan en el despiste y se cobijan entre tu cuello
Son las noches las que te retienen y se roban desde mi azotea las distancias que nos imponen.
Son tus ojos que miran, que se esconden, luego buscan y nos dan las excusas del tiempo.
Son las noches las que te retienen y se roban desde mi azotea las distancias que nos imponen.
Son tus ojos que miran, que se esconden, luego buscan y nos dan las excusas del tiempo.
Será que escuchas, será que lees de reojo las líneas fugitivas que se escapan de mi lado.
Será que nuestra cercanía se hace cada vez más inevitable y compartimos el gusto de buscarnos.
Será que nuestra cercanía se hace cada vez más inevitable y compartimos el gusto de buscarnos.
Yo no busco las palabras que se acomoden a esa expresión tuya, no me detengo entre las frases mejores soltadas, ni quiero pedir permiso a la gramática exquisita.
No es que busque las rimas que te reciten los 20 poemas del trovador, ni que me llene de teorías que argumenten mejor la situación, es pura y nítida la explicación, no hay mucho que decorar para querer de cuando en vez.
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