30 de abril de 2010

Llamada en espera

A Katherin por la complicidad en la invención

¿Alo? -¿Se encuentra Jorge? Le puede decir que le llame. Necesito hablar con él urgente. No, yo lo voy a llamar más tarde.

Eso fue lo único que me dijo mi madre. Que Elena me llamaría más tarde, pero ¿Por qué tendría apagado su celular si era urgente conversar conmigo? Qué puede hacer urgente una llamada. La última vez que hablamos la sentí media rara. Recuerdo que luego de un comentario que solté, ella me miro asustada y me dijo. Siento que te desconozco Jorge. Será que cada vez se da cuenta más de lo disímiles que somos. Será que se canso de esperar, de esperarme, acaso ese mensaje importante será: Jorge ya no puedo continuar con esto, cada vez siento que te conozco menos. ¿Habrá sido ese comentario un aviso? Una clave que no atine a descifrar en su momento. Yo he cambiado o ella fue la que cambio.

Ahora que la casa se me acorta entre pasos repetitivos que voy dando. Me pongo a recapitular y a descifrar bien esa frase. Cada vez siento que te conozco menos.
Qué puede hacer que ella me conozca menos, ¿que se haya enterado de algo? De algo que no le haya contado ¿Se habrá enterado de Miluska? Me habrá visto alguna vez paseando con ella de la mano, prometiéndole los mismos cielos que a ella. Robándome los mismos rabos de nube para sus ojos. Quizás alguna amiga me vio. Qué raro, siempre fui muy precavido apareciendo en lugares muy recónditos. Totalmente alejados de ella, de su gracia, de sus dominios, de sus ojos. Puede que me quiera pedir una explicación. Jorge necesito que me expliques sobre esa chica de cabellos ondulados con la que te han visto. ¡Por qué demonios no contesta! Y si voy a buscarla a su universidad y me quedo esperando que salga de clases para conversar con ella. La sorprendo y apenas me mire. Le digo totalmente serio. Qué es eso urgente que quieres conversar conmigo. No creo, no me atrevo, puede que sea Miluska el tema y termine gritándome delante de todos pidiendo que le de alguna explicación sobre esa chica de labios gruesos con quien me vio paseando por la alameda. Mejor espero, espero aquí tranquilo, relajado, total, el que no la debe no la teme. ¿Así dicen no?

No, no puede ser y si está embarazada ¡EMBARAZADA! Joder, que nos jodimos.

Sería ese el mensaje importante. Hace cuanto que no me dice nada sobre su periodo. No recuerdo escuchar alguna queja de eso días. Nada, total silencio. Sí, es eso, ella está embarazada y ha esperado el tiempo suficiente para contarme. Se nos jodio el Perú Elenita. Qué puedo hacer. Eso sí necesita de una llamada urgente, un S.O.S, un 911. Sí, llamen al paramédico que siento me va a dar un infarto o algún derrame. Que desgracia voy a ser padre y estoy a punto de recibirlo enfermo en una clínica, mejor dicho en algún hospital, donde me acepten. No puede ser, aún no estoy preparado. Elenita debemos conversar. Ahora sí, yo también necesito que me llames urgente. ¡Elena! ¡Eleeeeenaaaaaaaaaaaa! La vida puede cambiar en cuestión de segundos. De un te desconozco Jorge a un estoy embarazada Jorgito.

Y si hablo con ella. Le planteo todas las posibilidades para que luego escoja. Elenita, amor mío, déjame que te explique bien lo que sé. Ojalá y Elenita sepa escucharme bien y sepa entender los tiempos. Tengo que llamarla. Cuántos minutos más puedo esperar, mientras más pase el tiempo, más difícil se hace las cosas. Puede que se empiece a formar en los minutos entre que yo sigo pensando y ella esta copiando su clase de álgebra lineal. Elenita esto es como una operación algebraica. Tenemos que despejar la variable x. Sí, mejor que no tenga nombre, no me quiero encariñar, por ahora que sea un Equis.

Elena tenemos que hablar. Necesito que me digas eso urgente que quieres hablar conmigo.

¡Riiiiiiing! Debe ser Elena...acabo la espera, es cuestión de contestar, decirle. Elena, Elenita, antes de que me digas algo, yo tengo que hablar contigo. Sabes lo nuestro se ha ido yendo de a poco y creo que lo mejor es dejarlo así, para bien de los dos. No te preocupes yo ahorita prefiero no hablar más sobre esto. En otra oportunidad hablaremos mejor. Descuida yo te voy a llamar, pero necesito un tiempo de verdad. No me siento bien con todo esto, espero lo sepas entender.

¡Riiiiing! ... mejor contesto.

21 de abril de 2010

Cursi

Te amo en voz baja, cuida que no me escuche tu papá, no vaya a ser que te siga diciendo que soy un bueno para nada y que arruinarías tu futuro de quedarte conmigo. Te amo de a poquitos, para seguir siendo del agrado de tu madre, y nos cubra las espaldas cuando tus hermanos comienzan a sospechar, aunque al menor ya me lo estoy ganando por ese videojuego que siempre le dejo ganar. Te amo a la distancia, abusando de la tecnología, para sentirte un poquito más cerca, para robarte cada vez más horas de las madrugadas. Te amo en las estrellas que te extrañan, en la brisa que lleva tu olor, en la lluvia que me cuenta los segundos que me faltas, en las líneas del tiempo que curvan mi agonía. Te amaré por siempre, me escuchas bebe, te amo corazoncito, mi amorcito, te amo osita, bebe,…Alo…. Alo … Alooo, ya te dormiste?... Carajo!.

14 de abril de 2010

Fotografía

Cruzabas la Plaza cuando te descubrí. Yo acababa de perder el vuelo y sólo atine regresar a la Plaza central con mis maletas a pasar la tarde. Ya había cancelado la cuenta del hotel y mi nuevo vuelo era a las 9 de la noche. La tarde se encontraba entre 1 y 2 de la tarde y en el cielo de esa ciudad no paraban de bailar las nubes. Me senté en una banca en el centro y saque mi viejo libro de Borges, estaba leyendo El Inmortal cuando divise en pleno girar del viento tu presencia. Jugabas con tu inocencia mientras cantabas alguna canción que no pude decifrar. Intentaba retener mi lectura, pero luego descubrí tu mirada fija que me buscaba mientras ibas avanzando totalmente risueña y cargando esa belleza provinciana que te da la ingenuidad. Sólo atine a devolverte una sonrisa mientras te perdías entre la gente, mientras el fervor religioso nos iba haciendo coro de fondo y un santo en un altar visualizaba nuestro compartir de sonrisas lejanas. Yo sentado en una banca y tu caminado alrededor de la plaza 3 veces seguidas y sonriéndome 33 veces. Fue gracioso encontrarte antes de terminar las 33 sonrisas, mirando una fotos mientras un gordo te describía la rapidez y lo bonito que le saldría tomártela. Y aceptaste y me sonreíste una vez más y posaste frente a la estatua del héroe de aquella batalla de aquel lugar que te contaron alguna vez. Y el camarógrafo te tomaba y tus ojos me tomaban y la nubes bailaban en el cielo y un santo se paseaba en un altar y yo atinaba a sonreír y Borges pedía no pensar en la muerte para ser inmortal y la ciudad se detenía un breve momento y las campana de la catedral tocaban fuerte y las fotos te tomaban a ti y yo pasaba la página, los minutos lejanos a ti y tus costumbres se acercaban apenas timoratos mientras las mías iban descubriendo aquel momento encantador de minutos compartidos en una bella fotografía que posabas para la nubes bailarinas, el santo del altar, para mi en una tarde de esta ciudad tradicional a la que llegue como invitado ingrato, pero termine compartiendo contigo. Con nuestra lejanía y nuestra sonrisa de puente para expresar ese encanto que nos permitía una tarde de viento travieso.

12 de abril de 2010

Mientras pueda

Quiero aprovechar para decir esto, ahora que aun tengo algo de tiempo. Me falta un curso para terminar la universidad y no sé nada de economía. La gente que me quiere podrá alegar a mi historial de calificaciones, a los elogios desfasados de mis maestros, a mi prodigiosa memoria, pero no nos engañemos, ya paso el examen, y no me acuerdo de Solow ni de Marx. Podría culpar al sistema de enseñanza que nos lleva a memorizarlo todo un fin de semana antes de los parciales, que nos dicta las líneas en letras chiquitas para los papeles que se escurren en los bolsillos, que nos vuelve malabaristas para poder pasarle la 3 a la mujer de nuestros sueños y ganarnos algunos puntos con ella. O quizás podría ponerme sincero y recordar que solo yo tengo la culpa, que nunca me tomé las cosas en serio, y que fui a la universidad para conocer los tipos de cerveza que venden en la Av. Venezuela, que fui para jugar fulbito entre dos árboles chuecos en el parque de derecho, que fui para andar de enamoradizo, inventando excusas para acercarme a su piel, aunque ella me diga siempre “a eso no se viene a la universidad”.

No voy a ser mezquino y agradeceré a algunos pocos buenos profesores, que me enseñaron a rodar por la vida, que me cambiaron la dirección de la mirada, que me hicieron este cero a la izquierda que soy, que me enseñaron lo que se llama desigualdad, sacaron la pobreza de las estadísticas y la pusieron con toda su crudeza sobre mi carpeta, que me decían es “hora de actuar”, pero ella estaba tan bella junto a la ventana, bajo ese rayo de sol que la dibujaba con las palabras que salían de mi lapicero y encontraban refugio disfrazadas de mentiras, mientras el profesor dictaba la pregunta clave para el examen final, disculpe, ¿qué dijo?

Y sí, es que hay una serie de políticas que ayudan a aliviar la marginalidad, si aplicásemos este modelo, si confiáramos en esta teoría, todo sería tan simple, y sería el mejor economista de todos, y no estaría haciendo el trabajo de un contador, y sí, esa es la clave, la teoría esa…, ese modelo de…, este…, no te acuerdas, las pastillas milagrosas, esas pues, ahora me gustaría recordar cómo se llamaban.

3 de abril de 2010

Mi Coartada

- …te busqué por que quizás han llegado a tus oídos algunas cosas de las que soy culpable, nunca quise hacerte daño, la pase muy mal y comencé a tener ese problema de nuevo, te acuerdas, cuando no podía diferenciar si las cosas las había hecho o las había soñado, algunas veces olvidaba pagar facturas, otra veces les inventaba anécdotas a los amigos, eran tan reales mis recuerdos y tan borroso mi ayer, que a veces exigía cumplir promesas que nunca me hicieron.

Desde la última vez que nos vimos, han pasado muchas cosas, debo reconocer que me fui con vergüenza de tu lado y quizás por eso no te busque cuando más me hacías falta. Las peleas en la casa se hicieron insoportables, problemas en el trabajo, y bueno mi vida sentimental termino contigo. Como ya sabes mi puerta de escape más fácil lleva etiqueta negra y cubitos de hielo, con todos estos ingredientes combinados pase de ser el borracho terco y dormilón que conocías, ha ser uno más de esos borrachos oradores que siempre van a arrepentirse de lo que su lengua ha dejado escapar la noche anterior. Muchos amigos que no has conocido me despertaban al medio día siguiente interrogándome por tu nombre y con una hoja de papel llena de mis garabatos, nunca fui indiscreto ni soberbio por haberte tenido entre mis brazos, pero ebrio parece que contaba algunas historias, a veces utópicas.

Las noches siguieron como una sola, unidas por mi capacidad de dormir mucho y hacer poco, las historias se cruzaban, medias verdades, mentiras de circunstancia, en mi memoria eran tan ciertas, como el viaje que hice a los 10 años, o como el primer beso que nos dimos. Hasta que una noche desafortunada y sin luna, ese primo tuyo que nunca conocí, llego a una de mis sesiones de oratoria, grabo mi escena en su celular, te mostro mi pequeño teatro y explotaste contra mí. Lo siento mucho, sé que esto no te basta, y hace mucho que quieres hablar, si tienes algo que decirme este es tu tiempo, aquí termina mi coartada. Nunca quise hacerte daño, desde la primera vez que nos presentaron en la fiesta de tu hermana, cuando bailamos toda la noche y no podíamos dejar de mirarnos, nunca quise hacerte daño, siempre guarde el mejor recuerdo de nuestra relación, yo...

- Nunca pensé que me saldrías con esto, solo te había visto esa noche, nosotros no fuimos ni amigos.