14 de mayo de 2009

Nosocomio

Si no creyera en lo que observo, si yo no viera tanto de esto, si todo fuera no más que un sueño y no quedaran esos recuerdos. Si yo tuviera en el pensamiento las cosas sublimes que da la vida, si algunas historias no fueran ciertas y otros cuentos si fueran buenos. Si ya tu imagen no repitiera esos retratos que ya no busco, si se pudiera ser más urgente con las desgracias de estos días, si esos llantos que aun se escuchan no estuvieran en la otra esquina, si los enfermos no tuvieran prisa y sus dolores no griten por ellos, si sus condenas no fueran esas y haya más alivio en sus rutinas, si no te viera con esa queja y no la viera también a ella, si no escondiera ya la tristeza y todos ellos no la compartiera con aquel que mira con el mismo asombro y el dolor del primer día. Si esos colores no fueran fríos y ese frío no sea la vida, si ya todo tuviera un brillo que indicara cuando es la partida, si los dolores se compartieran así menguaran tanto quejido si yo pudiera cambiar historias y las historias no me cambiaran los días, que tanto hubiera de esa dicha y cuanto tiempo disfrutaría, si este edificio en algún momento no se convierte en el hogar del despido, que no me dejen en las urgencias, que no los dejen a los que quejan. Si tanto de esto no se repitiera, ya hay dolores que son cercanos y los ajenos igual conviven con quien se acerque y quien los mire. Si todo fuera ya más tranquilo y estas líneas se hicieran ciertas, se permitiría el gran respiro y despediría mejor la vida.

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