10 de mayo de 2009

Adiós

Ahora que ya te has ido y ella ha recogido mis versos de tu bolsillo, que los junta con cariño, que los cambia a su gusto. Ahora que de espaldas a la noche la casa se ha quedado vacía, la cama fría, que he asaltado el bar; ahora que juraste un eterno olvido, superlativo, artificial, que juraste tus reproches, que perdiste la conciencia, que lanzaste los retratos por la ventana, que estrellaste tus celos contra la verdad, que te vas y que ella viene, que tu adiós parece seguro, tus pasos débiles.

Ahora que no dices recordar nada, que tus memorias se las llevo el río, que la luz se extingue en el comedor, que el frío toma puesto en el balcón, que sus manos nuevas me toman, que sus piernas me reciben confiadas, que me reclama su breve cintura, que sus ojos lloran por ti, que sus labios juegan a darme amor, que su cuerpo me reconoce, que sus hombros se desnudan, que su espalda borra tus huellas de las sabanas, que su alma se confiesa a mis pies. Ahora que la amo tanto, ahora que te dimos la razón, ahora que me abraza dormida, ahora que me diste nuestro penúltimo adiós.

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