19 de febrero de 2016

Creencias de lucha

Si bien andamos algo ajenos, no es motivo para amilanarse. Es decir, es cuestión del lado por el que se le mire y yo prefiero mirarte desde este extremo. Si bien persigo tu mirada y comparto tu ideal, no es motivo para sentirnos del todo conectados. Ya sabes, a veces me da por las comodidades y puede que me reconforte las protestas entre líneas, a tono bajito y para oídos cercanos.  No obstante, es bonito saber de tu sonrisa, de tu lucha, de tu bronca con muchas cosas que se aceptan a pesar del atropello o la injusticia.  Es bonito que quieras hacerla de Quijote y quieras compartir la locura de gritarle a cuatro gatos nuestras broncas, nuestras luchas. Quizás, muchos no comprendan, te miren con recelo y a grito desalmado suelten el ataque "terruca". Ya sé, la protesta fue satanizada y la ignorancia suele gritar fuerte a todos los que anden protestando en la otra esquina. Lo encantador es saber que sabes que yo sé cuan lejanos estamos de ese insulto.  Asimismo, a pesar de mi protesta entre papeles y los tuyos en las calles, bregamos bien el camino y trasmitimos en algo los mensajes que muchas veces compartimos.

Es posible que mucho de nuestra forma de ver las cosas motive nuestra lejanía, quizás son nuestros escenarios de lucha. Que te aburra mi base de protesta y a mí me moleste las peleas, muchas veces sin sentido, que suele haber en el tuyo. Quizás eso nos tenga un tanto distanciados, pero como observador del mundo, cargo importante que me he puesto en mi base de protesta, puedo estar encantado de observarte a la distancia y disfrutar a pesar de la lejanía algo impuesta.  Que te admire en secreto y sueñe a que compartimos los mismos golpes de la policía o la misma pimienta entre los ojos. Enmarrocados muñeca a muñeca, abrazados en la misma carceleta.  Embriagados de amor o de lucha.

Finalmente, es cuestión de querer, creer y crear y yo te quiero, me la creo y te suelo recrear, entre tintas, viejas líneas, carbones o poesías. Te recreo a pesar que ahora te cueste la sonrisa, que tu mirada empiece a girar hacia otros lados, que no poses a mi costado y ya no me pidas más retratos. Te creo cuando dices que sigue la lucha, que mi asiento no es buen lugar para la protesta, que tienes más reuniones del partido y ese chico de mochila gastada y compañero de lucha no es más que un amigo tuyo.



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