Ahí estás...con tu
sonrisa cínica, repasando con tu mano mi espalda, buscando los mejores ángulos
para la traición. Eres tú... tan sensual, tan sexual, quien
aguijonea con su taco de aguja al incauto que se enreda en tu telaraña. Mujer, mi
bendito pecado, mi maldita plegaria, vuelves una vez más cuando te abruma todo,
vuelves una vez más y alborotas esa tranquilidad con la que escapo de ti. Te
sabes dueña de mis espacios, te sabes conocedora de mis temores. Huyes cuando
casi te alcanzo, vuelves cuando casi te olvido. Entiendes que estamos unidos,
tú lo quieres así, tú odias que sea así. Yo solamente disimulo bien mi papel, soy una pluma que gira alrededor de un baile tuyo,
que se desliza como gota de sudor por algún quiebre de tu anatomía. Tú lo sabes, tú lo niegas, tú lo escondes y
yo que tantas veces te he condenado, que tantas veces me has silenciado…recojo
los destrozos de tu mala noche, te convido un poco de mi vino. Y en pleno goce
del placer, vuelvo a ser dueño de tu cuerpo, vuelvo a hacerte esclava del
deseo. Mujer tan bendita, tan maldita, te subes la
ropa interior como señorita, acomodas tu cabello hacia un extremo, entiendes
que cumpliste con tu misión, te vas y me dejas encadenado al sol, esperando que
otra noche vuelvas a comerte mis entrañas como castigo por idolatrar imágenes paganas.
31 de marzo de 2013
29 de marzo de 2013
El amor o la paranoia
El amor no necesita permiso
La paranoia llena los espacios en blanco a su voluntad,
Se engendra en una idea y no pide explicaciones
Cambia todo lo que puede de la verdad
Trata de alcanzar la inmensidad con sus brazos
Le apaga la luz a lo inevitable
Busca espacios donde poder invadir y acomodarse
Inventa justificaciones para las locuras
Espera mil años por una señal
Le da sentido a las ideas más descabelladas
Niega la ausencia y construye los momentos
Busca en los pequeños indicios motivos para las grandes
decisiones.
Nunca se equivoca aunque cometa los mismos errores
Cuando choca con la realidad lucha por sobrevivir
Somete todo los instintos a su voluntad
Trata de prolongar su existencia
Sobrevive y renace en cada caida
Cerrándole la puerta al mundo exterior
El amor no necesita ser correspondido,
La paranoia tampoco.
23 de marzo de 2013
S-N-M
El aire era extraño, como en todos los sueños, uno no se da cuenta que el cielo no es realmente de ese color hasta que despierta. Íbamos tú, yo y algunos accesorios más. Tú con la mirada vaga, tímida y lejana, como cuando te conocí; yo liderando el paso, era el centro del universo en mi sueño, como siempre hubiera querido ser. Íbamos hacia un parque o una plaza del lado pobre de la ciudad, o quizás de provincia, estaba rodeada por casas sucias y avejentabas, algunos niños corrían entre los árboles, las paredes estaban pintadas con una S, una N y una M, algunas descascaradas mostraban el adobe que rellenaba sus entrañas.
Jugamos un rato, reímos, contamos los mismos chistes de
siempre, me gustaba hacerte reír, entonces encontramos ese artefacto antiguo,
como desechado de alguna casona limeña venida a menos, un ventilador de techo
oxidado y roído, le faltaba un aspa y tenía el centro hueco. Yo trate de
generar más risas metiendo mi cabeza en su corazón, los accesorios reían y tu decías
“loco… estás loco”, entonces giré simulando ser un ventilador para ti, el polvo
viejo del ventilador se metía en mi nariz y ojos haciendo mis movimientos más
torpes, entonces sentí un golpe seco y aun mareado me detuve y me desnude la
cabeza. Lo primero que vi fue a los accesorios con la cara seria, te busque por
un rato y no te encontré. Por algún árbol del parque o plaza te vi correr, con
las manos en el rostro y tu cabello suelto al viento, corrí pidiéndote disculpas,
pero tú no querías escuchar. Me esquivabas y te adelantabas a mis movimientos,
yo te perseguía mientras tu sombra escapa en las paredes del parque, -S-, solo
fue un juego, estaba bromeando,-N-, todo lo hice por ti, para hacerte reír,-M-,
no podría hacerte daño, no podría.
Entonces poco a poco te fui alcanzando, tomaste una ruta
diferente hacia unas escalares y un niño que jugaba con un gato te estorbo el
paso, te detuviste para arrancharle la mascota y pude llegar a tu espalda, por
favor, escúchame, lo siento tanto. Volteaste con el rostro ensangrentado y yo soltaba un diluvio de excusas, mentiras, disculpas y justificaciones, entre tus llanto te escuche decir “déjame en paz, el daño ya esta
hecho”.
16 de marzo de 2013
Frases y Recuerdos
No subestimes el poder de un
recuerdo, ellos viven conmigo, aunque escondidos, explotan en cualquier rincón cuando
la luz los toca. Acechan al menor descuido, no responden cuando los llamo y prefieren los momentos en que estoy
desprevenido, un sueño, una tarde feliz, lo arruinan todo cuando estallan, son
bombarderos en los días de sol.
Una frase puede ser más fuerte de lo
que parece, puede resumir un argumento, expresar una verdad, o disfrazar una
mentira. Una frase bien elaborada puede tomar por asalto tu mente, cambiar
algunos muebles y despertar reacciones insospechadas. Una buena frase puede
nacer en el momento menos pensado, debajo de algún sillón o detrás de un
lapicero gastado, puede colarse en tu corazón y dormir en tu sonrisa mientras
resuena en tu mirada cada vez que buscas recordarla.
Nunca subestimes el poder de una
frase, pues muchas veces esta te busca, y te encuentra y se apodera de ti, ya
sea en una conversación casual, en alguna intima confesión o en la página de un
libro que olvidaste haber leído. Por ejemplo ese papel que dejaste extraviado
en uno de mis sacos antiguos, esas líneas que rasgue en las paredes de tu
cuarto, esa nube que tiene tu aroma, o la forma en la que te cuelas en mis
sueños y me dices “nunca subestimes el poder de una frase, mi recuerdo siempre vivirá
en ellas, amor”.
4 de marzo de 2013
Anacrónico
A la antigua
Esperando resultados diferentes
A las mismas estrategias
Resignado
Perdido en el tiempo
Ajeno a tu ritmo y al viento
Torpe seductor en blanco y negro
Desfasado
Naufrago del Calendario
A la espera de tu mágica mirada
De un azar que no busco crear
Caduco
Prisionero de la nostalgia
De otro tiempo donde estas líneas te bastan
Donde a mi sola intención correspondieras
Anacrónico
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