Te queremos tanto tío Cholo.
Sueño que estoy despierto y entre sabanas alguien me confirma una mala noticia sospechada. La tristeza no se queda en la cama y escapa conmigo a la ducha entre el calor que transmite la lluvia que se estrella en mi ventana. Me baño entre la leche y el cereal, me seco con unas cucharas de madera y me visto con agua fría de la terma hirviendo. Mamá esta extraña, papá trata de controlarlo todo y mi hermano busca fuerzas por debajo del volante de su auto o detrás de sus lentes negros que lo protegen de la luna. La tarde pasa oscura como en un eclipse momentáneo, las sombras se arrastran llorando, se juntan y se van, algunas ríen pero luego lloran más. El reloj aumenta de peso y los minutos de arena caen en agua sucia de flores marchitas, las sombras lloran, el día duele porque no estás tú, nadie ríe porque no estás tú, te quisimos tanto Cholito, que es muy rara la manaña en que vamos a despedirte.
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