2 de octubre de 2014

Búsqueda del extraviado

Es vital volver a las líneas que realizan un bosquejo de tu silueta, mientras me despierto de una mañana inquieta para poner el punto final en el último lunar de tu cuello.

Hay un gusto en que sea tu risa y tus labios curvados los que me condenen y me perdonen a la vez.
Ya no importa si mañana te excomulgan por besar labios equivocados o si me confundo de puerta y llego alguna vez a la tuya.

Volver a las líneas que te describen serán las excusas de tanto escapar de rutinas, volver a tu puerta sera la excusa de mi despiste. No me vengan con que no recuerdo tu figura y no me digan que tú me eres ajena.

Mañana me volveré a equivocar, lo prometo y no será sin querer. Sé que esta no es mi puerta y tu sonrisa no está dispuesta, pero no escucharé a los consejeros y volveré a perderme por la ruta prohibida, dispuesto a que me devuelvas la sonrisa, el beso extraviado que se perdió por algún lado y aquellos versos creados que venían por ti.


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