Yo sé que andas por ahí,
que caminas también entre nocturnidades, yo visito tu casa desde mi ventana y
me voy contigo por otros lares, aunque siempre me olvide el equipaje pero nunca
me olvide el paraíso. Ese que se pinta a través de tus ojos, y que se muestra
de manera pintoresca a través de los míos. Yo pintare tus ojos en un papel y
culminare tu rostro en mi pared; mientras bailamos con el sol dibujado y la
luna curiosa, mientras caminamos entre calles silenciosas, donde rebotan
gotitas de viento, de tiempo, de sueño. Yo comprare espacios para soñarte en
plena sonrisa espontánea y para soñarme sin nada de cambio, sin nada
de vuelto. Luego, tú subirás de puntillas, flotaras en la nocturnidad del cielo y
respiraras en el silencio mientras llegues a la altura de mi cobijo y cantarás
en tono de susurro, hasta que te encuentre.
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