Aparte

Salir en el momento y dejar a los pasos de mi sombra adelantarse a averiguar si aún no estoy allá , salir del momento de esta expresión y tratar de sonreír a aquel loco sentado que manda a su taza a buscar algo para beber, caminar y caminar hacia la rutina del cual empiezo a acostumbrarme, mirar desde la ventana de este pequeño vehículo estatal acompañados de los tan extraños personajes que vamos observando en el transcurso del viaje tantas veces visto y tantas veces insultado por el cansancio que nos lleva el ir y venir de todos los días . Bajar y mirar a todos los de siempre, solo que esta vez no llegar al encuentro trazado, sino, desviar el camino con los amigos del aquel entonces, y salir, salir de ahí, sin los actos del dos horas más tarde, perdiendonos todos, encontrandonos después siguiendo el camino de todos los días con el futuro del que hoy no queremos pensar y del que nos alejamos ante la presión de los que ya han pasado por eso, de los que nos miran enseñado y dictando clases a través de sus pupilas a través de sus golpes al hombro y de su “es hora de actuar”. Alejandro