Ámame durante el fin del mundo, sin pensar en los indefensos
que hemos dejado atrás, sin reparar en lo expuestos que estamos tan cerca de la
ventana. Bésame sin excusas mientras los océanos hierven como tu cuerpo bajo mi
cuerpo, tócame entre las sombras de un sol que consume todo a su paso.
No me expliques tus dilemas, ni respondas a mis reparos, sumérgete
conmigo en un abrazo sin mañana, sin esperanza, sin final. Evita reprochar mis
pecados y dudas, no me niegues la certeza de un futuro que el destino nos ha
robado, no me expliques lo fugaz de tu amor, no subrayes la efímera esencia de
tu cariño, déjame tenerte por siempre, ámame en el fin del mundo para que parezca que me amaste por siempre.