Y puede que no me ames, o que ni siquiera sea el tipo de
hombre con el que te gustaría estar. Tú tampoco agitas mi corazón y no es tu atención
de la que estoy pendiente todas las mañanas. Sin embargo tus ojos me son
inevitables, y es por esa forma de mirarme sin interés que estoy contigo esta
noche. Puede que no bese como tu novio, pero hay cosas que puedo hacer mejor, y
quizás no te importe si estoy soltero o si es muy inverosímil mi excusa para no
contestar el celular, tampoco a mí me importa cuanto lo quieren a él en tu
casa, ni si ya escogieron el nombre sus futuros hijos, yo no envidio la
propiedad que él tiene sobre tus latidos, no me molesta que lo ames mientras yo
descubro travesuras bajo tu falda.
Solo quería saber dónde terminan tus piernas, quería probar
de un pecado ajeno e invitarte un ratito a mi rincón del infierno, donde toda
mujer tiene derecho a una aventura, donde nadie piensa en las consecuencias.